A raíz de nuevas normativas que entrarán en vigor en el 2050, la industria aeronáutica podría integrar nuevas tecnologías para contribuir en la reducción de emisión de gases.
La popularidad del transporte aéreo sigue en aumento y cada vez hay más presión hacia las aerolíneas para reducir las emisiones de carbono.
A raíz de las nuevas normativas anunciadas por la Unión Europea, la industria aeronáutica deberá reducir las emisiones de CO2 un 75%, los óxidos de nitrógeno un 90% y el ruido un 65% para el 2050. Asimismo, la Aviación Internacional lanzará en 2020 un nuevo Esquema de Reducción y Eliminación de Carbono acordado por 70 países.
En este contexto, la industria aeronáutica ha empezado a trabajar en la integración de nuevos sistemas tecnológicos para cumplimentar los estándares de emisión de gases.
Aunque sigue siendo todo un hándicap en el sector y existen escépticos en cuanto a la reducción real de gases, el sector aeronáutico empieza a investigar e incorporar avances tecnológicos.
Se prevé que un nuevo motor Ultrafan de última generación, que lleva ya más de diez años en desarrollo, entre al mercado aeronáutico a principios de la próxima década. Los expertos señalan que será un 25% más eficiente en cuanto a consumo de combustible se refiere.
Asimismo, se trabaja en un proyecto de sustitución de carburantes por biocombustibles, realizados a base de la mezcla de sustancias orgánicas como plantas o desechos animales.
No obstante, Freya Burton, jefe de sostenibilidad de LanzaTech de Chicago, opina que en la actualidad no existe una sola planta de biocombustibles que pueda abastecer la demanda actual de carburante para naves.
Sin embargo, y a pesar de que la mezcla de combustibles fósiles y productos biológicos se encuentra en fase de expansión, aún hoy no existen ni la inversión ni las infraestructuras necesarias para llevar a cabo una producción suficiente.
Existen además otros inconvenientes en materia de regularidades, certificaciones y seguridad, ya que el almacenaje prolongado de los biocombustibles puede derivar en su degradación e, incluso, afectar a ciertos componentes de los motores. Además, son más caros que los combustibles fósiles.
Sin embargo, LanzaTech ha anunciado que podría tener en funcionamiento tres plantas de producción de etano en el 2050 en el Reino Unido, cuya propuesta aún está siendo analizada por el gobierno.
La eficiencia de los responsables del control aéreo también tendrá un papel clave en la reducción de gases.
La industria aeronáutica está estudiando e implantando nuevas estrategias para controlar de forma óptima el espacio aéreo, lo que evitará congestiones sobre los aeropuertos, un mayor control de la velocidad de crucero y otras medidas que permitan aumentar el ahorro de combustible.
Asimismo, también se está trabajando en incorporar mejores prácticas de control aéreo para reducir la resistencia de la nave con el aire, así como utilizar materiales en punta y más ligeros.
No obstante, y a pesar de la lucha de la industria en los últimos años en hacer progresos en este ámbito, el alto crecimiento del tráfico aéreo parece estar neutralizando su eficacia. Claro está que aún queda mucho por hacer en términos de tecnología avanzada para contribuir a una reducción de gases y preservar el medioambiente.
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Fuente: 3 innovaciones para que los aviones contaminen menos
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