Expertos en educación empiezan a poner el foco sobre la influencia que pueda tener el uso de nuevas tecnologías durante la primera infancia. Esta preocupación abre un debate que pone en manifiesto ciertas ventajas y a la vez ciertos perjuicios que pueden afectar al desarrollo de ciertas facultades en edades tempranas. Y con este panorama, la cuestión se queda en saber: ¿hasta qué punto resulta beneficioso el uso de la tecnología durante la primera infancia?
El desarrollo tecnológico ha traído consigo grandes beneficios para la humanidad, sobre todo en ámbitos como la medicina, las empresas, la aeronáutica o incluso en el ámbito personal y doméstico.
Otro campo donde ha penetrado con fuerza la transformación digital es en la educación. Un sector donde la tecnología aporta grandes beneficios. Desde facilitar el acceso a la información hasta poder examinar el cuerpo humano con una gafas de realidad virtual. Incluso la tecnología ha propiciado el acceso a la universidad para muchas personas que antes se veían limitadas geográficamente y que ahora pueden estudiar sin moverse de su casa.
Gracias a instituciones como FUNIBER que, además de promover los nuevos sistemas de formación online, ofrece becas a estudiantes con menos recursos pero con ganas y talento para estudiar.
Sin embargo, en lo que se refiere a educación infantil, se abre un debate que pone en entredicho los beneficios que la tecnología pueda aportar para el desarrollo de los niños de más baja edad.
A pesar de que muchos centros educativos están poniendo todos sus esfuerzos en integrar las pantallas digitales en las aulas de los más pequeños, todavía queda mucho que analizar para saber con certeza cuál es la mejor manera de introducir a los niños en el mundo digital.
Entre los expertos en tecnología y educación infantil existe cierta controversia sobre los beneficios que aporta la tecnología en etapas muy tempranas de la vida. Y es que el principal problema reside en el ritmo vertiginoso al que avanza la transformación digital, que dificulta el estudio y la reflexión sobre el impacto que puede tener en el crecimiento de los niños pequeños.
Por el momento, lo que más preocupa a los expertos es el tiempo de uso y la calidad de los contenidos o aplicaciones.
Entre 2011 y 2017, en Estados Unidos, se ha duplicado el número de hogares con, al menos, un menor de ocho años que dispone de dispositivo móvil, según los estudios publicados por la Common Sense Media, una organización sin ánimo de lucro especializada en el desarrollo de los niños en el mundo digital.
Otro dato preocupante es el tiempo de uso de pantallas por parte de los más pequeños, que llega a superar las tres horas de media al día en los hogares más desfavorecidos. Pero lo curioso de este dato es que este aumento se da en los hogares más desfavorecidos, mientras en las familias más acomodadas ha llegado incluso a bajar ligeramente respecto a los resultados del año 2011, con apenas una hora y media diaria.
Los defensores de la tecnología, encuentran grandes beneficios en el uso de ciertas aplicaciones interactivas que pueden ayudar durante el proceso de aprendizaje, e incluso en otros aspectos más relacionados con el desarrollo personal.
No obstante, existe una gran preocupación sobre el tiempo que dedican los niños de corta edad al uso de pantallas, incluso se llega a advertir que pueden generar un impacto negativo en el desarrollo del sistema psicomotor, del lenguaje o el manejo de las emociones.
Ante esas posibles amenazas que presenta la tecnología, un sector de la población ha decidido apostar por formar a sus hijos en escuelas que pretenden recuperar un modelo de enseñanza totalmente analógico. Donde los más pequeños utilizan papel, lápiz y manos para su desarrollo, retrasando así su entrada en el mundo digital.
Estamos ante un cambio de paradigma que abre muchas vías de diálogo y muchos puntos de vista, pero todavía especulamos sobre un fenómeno tan cambiante que no deja de resultar desconocido y difícil de controlar.
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Fuente: Los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas
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