La mayoría de las organizaciones tienen una orientación vertical que crea una división en el trabajo entre áreas funcionales, en las que las operaciones diarias son dirigidas por gente que ha sido entrenada para desarrollar un tipo específico de actividad en el negocio, por ejemplo: producción, marketing, ventas, finanzas, servicio al cliente. Pero de acuerdo a la aritmética básica de la empresa, la suma de todas las funciones verticales es una organización horizontal. Por ejemplo, en una organización con cinco funciones verticales se obtiene lo siguiente: 1+1+1+1+1 =1 (y no 5).
En otros casos parece que la división es el único tipo de matemáticas que entiende la empresa, creando la percepción de organizaciones divididas por regiones geográficas (por ejemplo la oficina de Boston contra la oficina de Londres) o división por jerarquías (como la administración contra los trabajadores de campo) o la gran barrera conocida como el àrea de gestión contra el área de tecnología.
En muchos negocios las áreas de gestión y tecnología están enfrentadas, se percibe al área de tecnologías de la información (TI) como un centro de costos que da soporte a las actividades de las demás áreas, pero la forma en que se percibe al área de TI sugiere que ese departamento no pertenece al negocio. La mayoría de negocios han creado una barrera que deja fuera del negocio al departamento de TI.
Se necesitan hombres de negocios que entiendan de tecnología para tender puentes que permitan integrar al área de tecnología en el negocio y permitan poner en práctica una efectiva inteligencia de negocios (BI).
iniciativas empresariales más amplias como calidad de datos y governanza de datos requiere un alineamiento horizontal entre las funciones verticales del negocio, logrando una cultura empresarial que combine la propiedad colectiva con una responsabilidad compartida y una responsabilidad individual. Para lograr esto se requiere algo que se podría llamar «algebra de la colaboración».
Para los principiantes podemos decir que James Kakalios explica en su libro «La física de los super héroes»: «hay un truco para el álgebra: si alguien tiene una ecuación describiendo una sentencia verdadera como 1=1, entonces uno puede añadir, restar, multiplicar o dividir (excepto dividir por cero) la ecuación por cualquier número que deseemos siempre y cuando se haga a ambos lados de la ecuación y no se alterará la sentencia inicial, por tanto si añadimos dos a ambos lados obtenemos que 1+2 = 1+2 o 3=3 que continúa siendo verdadero.
Negocios = IT
Teniendo en cuenta que se puede balancear la ecuación, podemos decir que el área de gestión + calidad de datos + governanza de datos = IT + Calidad de datos + governanza de datos.
El punto en esta ecuación es que todos, independientemente del rol primario o función vertical que tengan en la organización deben aceptar una responsabilidad compartida para prevenir brechas en la calidad de datos y para responder en forma apropiada para mitigar los riesgos asociados al negocio cuando estos ocurran.
Ahora desde luego, esta ecuación no siempre permanece perfectamente balanceada todo el tiempo. El efecto del calendario fiscal, los conflictos de intereses y el cambio de las prioridades del negocio, derivarán en que la cantidad de recursos (dinero, tiempo, gente) añadida a la ecuación por un inversionista particular, una función vertical o grupo modificará el esquema.
Es importante recordar que la esencia de lo que representa la ecuación empresarial. El truco del álgebra es solo uno de los trucos que hay que descubrir en el negocio de la colaboración. Las organizaciones que son exitosas con la calidad de los datos y la governanza de los datos pueden ver la colaboración no solo como un principio que guía sus acciones, sino que es también un llamado a la acción en sus prácticas diarias.
Fuente:
http://www.information-management.com/blogs/collaboration-data-quality-BI-OCDQ-10021960-1.html