El siglo XXI imprime nuevos retos para la administración pública . Los nuevos medios de comunicación y, sobre todo, la Internet, permiten un mayor intercambio de información entre todos los actores que deberían estar bajo la administración del Estado. Este nuevo escenario en el que todas las instituciones dan enormes saltos en su propio desarrollo y voltean a mirar a una administración pública que a duras penas logra mantener el paso permite lanzar la pregunta ¿es posible la innovación en la gestión pública?.

Pero ¿cómo podemos identificar la innovación en la Gestión Pública? Mulgan y Albury (2003) apuntan: «La innovación exitosa es la creación e implementación de nuevos procesos, productos, servicios y métodos de entrega que dan lugar y se traducen en mejoras significativas en los resultados de eficiencia, eficacia y calidad».

Pero la innovación en la gestión pública se aplica de forma distinta a como podría aplicarse en el ámbito privado. Se debe tener en cuenta que en las empresas privadas la innovación se puede aplicar en toda la organización en forma coordinada y se pueden alcanzar las metas trazadas, mas en el ámbito del gobierno el escenario es distinto, se trata de lograr innovaciones que afectan a diversos organismos, cada uno con su propia complejidad.

Si queremos hacer un paralelo con el área de sistemas podríamos entender las innovaciones empresariales como mejoras que se introducen en un servidor y permiten atender mejor a los usuarios (consumidores), mientras que en el Estado se trata de un gran cluster de computadoras, operando en forma coordinada e intercambiando datos para servir mejor a millones de usuarios (ciudadanos y organizaciones), una falla en una de las computadoras que opera en el cluster origina una caída en el rendimiento general del cluster. Desde luego introducir la innovación en un entorno complejo como el cluster no resulta nada sencillo.

La administración pública ha tomado en muchos casos la corriente de la Nueva Gestión Pública (NGP) para resolver los retos que plantea una nueva sociedad y una crisis económica mundial que amenaza con incrementar el descontento social. Para poder establecer un entorno ordenado que pueda ser gestionado se requiere una estructura organizativa y de procesos (que actúa como el hardware de una computadora) y que sostiene a los nuevos programas de modernización (software), sin estos componentes la administración pública puede incurrir en errores que trunquen cualquier intento de reforma o innovación.

Las estrategias de gestión pretenden administrar bajo parámetros medibles, pero el entorno actual establece el caos, la incertidumbre y el cambio continuo como los únicos factores que permanecen.

Open Goverment

Hace algunos años se desarrollaron los conceptos del Software Libre y el Open Source, filosofías que parten desde la informática para definir una realidad que se construye en forma colaborativa. A partir de esos conceptos ha surgido una teoría llamada Open Goverment, Gobierno Abierto (Ogov), que plantea un sistema de gobierno colaborativo. La Wikipedia en el 2010 definía el Gobierno Abierto del siguiente modo: «es la doctrina política que sostiene que las actividades del gobierno y de la administración pública deben ser y estar abiertas a todos los niveles posibles para el escrutinio y supervisión eficaz de los ciudadanos. En su más amplio sentido, se opone a la razón del Estado de legitimar como secreto (de Estado) cierta información aduciendo a temas de seguridad».

Se trata de aprovechar el flujo de información en toda la sociedad y el poder de todos los ciudadanos informados para que apoyen el desarrollo de una nueva administración que sea construída por y para todos con el apoyo de la tecnología. Podría ser esta la estrategia que nos ayude a administrar la complejidad desde la propia complejidad.

Se trata de construir canales de comunicación directa con los ciudadanos y permitir que todos participen en la construcción de un nuevo Estado, pero el reto es enorme, se trata de replantear toda la estructura de administración pública y ese es el nuevo reto.

Los ejemplos en Inglaterra y Estados Unidos van bastante adelantados. En España encontramos el proyecto irekia (http://www.irekia.euskadi.net/es) una iniciativa que abre las puertas de la administración local a todos los ciudadanos, con herramientas que, a modo de Wiki o foro, permiten a cualquier persona colaborar en el área que más le guste.

Pero el gobierno abierto también plantea retos. Es posible abrir las puertas al ciudadano brindándole información de forma transparente, pero ¿cómo insertarlo en un proceso de gestión que es en sí mismo complejo? ¿cómo organizar la colaboración de distintos actores y proporcionarles el panorama más claro posible sobre los temas en los que participan? ¿Cómo insertar los cambios en el Estado de forma que no se genere un quiebre al interior de las organizaciones del gobierno?.

La tarea es ciertamente difícil, pero no por ello se debe evitar. Es momento de plantear un Estado flexible y colaborativo, conectado con sus ciudadanos y que procure reinventarse a sí mismo desde la óptica de todos los actores para adaptarse en forma continua al cambio, ese cambio vertiginoso que se ha transformado en una constante del siglo XXI.

Leer el artículo completo:

http://www.clubdeinnovacion.es/images/informes/Innovacion%20GP%20&%20Ogov%20-%20AVRA%20RBG%202010%5B1%5D.pdf

El siglo XXI imprime nuevos retos para la administración pública . Los nuevos

medios de comunicación y, sobre todo, la Internet, permiten un mayor

intercambio de información entre todos los actores que deberían estar bajo la

administración del Estado. Este nuevo escenario en el que todas las

instituciones dan enormes saltos en su propio desarrollo y voltean a mirar a

una administración pública que a duras penas logra mantener el paso permite

lanzar la pregunta ¿es posible la innovación en la gestión pública?.

Pero ¿cómo podemos identificar la innovación en la Gestión Pública? Mulgan y

Albury (2003) apuntan: «La innovación exitosa es la creación e implementación

de nuevos procesos, productos, servicios y métodos de entrega que dan  lugar

y  se  traducen  en  mejoras  significativas  en  los  resultados  de

eficiencia, eficacia y calidad».

Pero la innovación en la gestión pública se aplica de forma distinta a como

podría aplicarse en el ámbito privado. Se debe tener en cuenta que en las

empresas privadas la innovación se puede aplicar en toda la organización en

forma coordinada y se pueden alcanzar las metas trazadas, mas en el ámbito del

gobierno el escenario es distinto, se trata de lograr innovaciones que afectan

a diversos organismos, cada uno con su propia complejidad.

Si queremos hacer un paralelo con el área de sistemas podríamos entender las

innovaciones empresariales como mejoras que se introducen en un servidor y

permiten atender mejor a los usuarios (consumidores), mientras que en el

Estado se trata de un gran cluster de computadoras, operando en forma

coordinada e intercambiando datos para servir mejor a millones de usuarios

(ciudadanos y organizaciones), una falla en una de las computadoras que opera

en el cluster origina una caída en el rendimiento general del cluster. Desde

luego introducir la innovación en un entorno complejo como el cluster no

resulta nada sencillo.

La administración pública ha tomado en muchos casos la corriente de la Nueva

Gestión Pública (NGP) para resolver los retos que plantea una nueva sociedad y

una crisis económica mundial que amenaza con incrementar el descontento

social. Para poder establecer un entorno ordenado que pueda ser gestionado se

requiere una estructura organizativa y de procesos (que actúa como el hardware

de una computadora) y que sostiene a los nuevos programas de modernización

(software), sin estos componentes la administración pública puede incurrir en

errores que trunquen cualquier intento de reforma o innovación.

Las estrategias de gestión pretenden administrar bajo parámetros medibles,

pero el entorno actual establece el caos, la incertidumbre y el cambio

continuo como los únicos factores que permanecen.

Open Goverment
Hace algunos años se desarrollaron los conceptos del Software Libre y el Open

Source, filosofías que parten desde la informática para definir una realidad

que se construye en forma colaborativa. A partir de esos conceptos ha surgido

una teoría llamada Open Goverment, Gobierno Abierto (Ogov), que plantea un

sistema de gobierno colaborativo. La Wikipedia en el 2010 definía el Gobierno

Abierto del siguiente modo: «es  la  doctrina  política  que  sostiene  que

las actividades del gobierno y de la administración pública deben ser y estar

abiertas a todos  los  niveles  posibles  para  el  escrutinio  y  supervisión

eficaz  de  los  ciudadanos. En su más amplio sentido, se opone a la razón

del Estado de legitimar como secreto (de Estado) cierta información aduciendo

a temas de seguridad».

Se trata de aprovechar el flujo de información en toda la sociedad y el poder

de todos los ciudadanos informados para que apoyen el desarrollo de una nueva

administración que sea construída por y para todos con el apoyo de la

tecnología. Podría ser esta la estrategia que nos ayude a administrar la

complejidad desde la propia complejidad.

Se trata de construir canales de comunicación directa con los ciudadanos y

permitir que todos participen en la construcción de un nuevo Estado, pero el

reto es enorme, se trata de replantear toda la estructura de administración

pública y ese es el nuevo reto.

Los ejemplos en Inglaterra y Estados Unidos van bastante adelantados. En

España encontramos el proyecto irekia (http://www.irekia.euskadi.net/es) una

iniciativa que abre las puertas de la administración local a todos los

ciudadanos, con herramientas que, a modo de Wiki o foro, permiten a cualquier

persona colaborar en el área que más le guste.

Pero el gobierno abierto también plantea retos. Es posible abrir las puertas

al ciudadano brindándole información de forma transparente, pero ¿cómo

insertarlo en un proceso de gestión que es en sí mismo complejo? ¿cómo

organizar la colaboración de distintos actores y proporcionarles el panorama

más claro posible sobre los temas en los que participan? ¿Cómo insertar los

cambios en el Estado de forma que no se genere un quiebre al interior de las

organizaciones del gobierno?.

La tarea es ciertamente difícil, pero no por ello se debe evitar. Es momento

de plantear un Estado flexible y colaborativo, conectado con sus ciudadanos y

que  procure reinventarse a sí mismo desde la óptica de todos los actores para

adaptarse en forma continua al cambio, ese cambio vertiginoso que se ha

transformado en una constante del siglo XXI.

Leer el artículo completo:
http://www.clubdeinnovacion.es/images/informes/Innovacion%20GP%20&%20Ogov%20-%

20AVRA%20RBG%202010%5B1%5D.pdf