Steve Jobs se ha ido, pero ha dejado una marca en el mundo, ese era su objetivo, por encima de lograr dinero y podríamos decir que alcanzó su meta. Jobs ha conseguido dejar una marca importante en el mundo de las computadoras, no fue un inventor, no fue el creador de nueva tecnología, en muchos casos copió las creaciones de otros, pero tuvo la genialidad de saber cómo transformar lo difícil en simple, lo feo en bonito, lo oscuro en brillante. Si hay que reconocer algo de Jobs es que era exigente y no se conformaba con nada que no fuera lo mejor de lo mejor, él tuvo la capacidad de responder a las necesidades de millones de personas, más que conectar con la tecnología Jobs conectaba con las necesidades de la gente, necesidades que nisiquiera las persoans sabían que tenían y ese es el secreto de su éxito.
Jobs no fue un ángel bueno y creativo como a muchos les gustaría pensar. Muchas de sus creaciones fueron copias y luego también sería imitado, pero Jobs insertaba en sus creaciones un toque de diseño y pasión por la perfección que le hacía destacar entre los demás. Nunca fue el creador de artículos para la gran mayoría, por el contrario, sus creaciones solo eran destinadas a una pequeña élite, pero todos esos productos eran deseados por la mayoría, por ser simples, poderosos y estéticamente agradables.
En efecto el genio de Apple no era un santo, copió inventos como el mouse (ratón) y el sistema de organización en carpetas de los laboratorios de Xerox, introdujo los sueños de películas de ciencia ficción en sus productos, aplicó sus conocimientos de diseño para exigir a sus empleados la creación de dispostivos atractivos a los ojos de cualquier mortal. Steve tenía una intuición que le ayudaba a saber lo que necesitaría la gente, no en este preciso momento, sino en un futuro cercano. El supo cómo crear tecnología simple y práctica, que ayuda a las personas a resolver asuntos cotidianos y aparatos que no requieren un manual, hizo que todo fuera simple y bonito y eso atrajo a las multitudes. Pero detrás de sus productos se encerraban una infinidad de limitaciones y restricciones, Jobs llenó sus productos de patentes y cajas negras, el padre del software libre Richard Stallman dijo sobre Jobs: «Nadie merece morir (ni Jobs, ni el Sr. Bill, ni la gente culpable de mayores males que los de aquellos). Pero todos merecemos el fin de la influencia maligna de Jobs en la informática de las personas. Desafortunadamente, esa influencia continuará a pesar de su ausencia. Sólo podemos esperar que sus sucesores, en tanto intenten continuar con su legado, lleguen a ser menos efectivos». El defensor de la libertad del software criticó con dureza al genio de Apple incluso tras su muerte.
La vida personal de Jobs tampoco era un paraíso, siempre con en conflicto con su pareja y llevando a cuestas el tormento de haber sido abandonado por sus padres, cuentan que sus empleados lo evitaban en el ascensor y hasta tiraba las placas del auto para evitar las multas de tránsito. Jobs estuvo por mucho tiempo inmerso en una búsqueda espiritual que nunca completó, llegó a experimentar con drogas recreativas e incluso considera que esa etapa de su vida resulta importante para su historia «Tomar LSD fue una de las dos o tres cosas más importantes que he hecho en mi vida. Bill Gates sería un tipo más abierto si hubiera tomado ácido alguna vez. Las personas que nunca han tomado ácido nunca me entenderán completamente…» declaró alguna vez el genio de Apple.
Steve Jobs creó un nuevo entorno que fomentó la competencia. En un mundo de computadoras grises el se animó a lanzar máquinas naranjas, verdes, negras y en muchos otros colores, el diseño se transformó en su obsesión y logró crear cosas como la iMac con forma de lámpara, la MAC mini en forma de cubo con bordes redondeados, la MacBook Air con su extraordinario diseño ultradelgado, logró eliminar el stylus y puso en «contacto» a las personas con la tecnología, cuando las personas aprendieron cómo gestionar un dispositivo con la punta de los dedos no se quisieron despegar más de la tecnología. Comprender las necesidades del público aún sin estudios de mercado, fue lo que le dió la ventaja frente a todos sus competidores.
El gurú de Apple cambió la forma en la que escuchamos, compartimos y compramos música, creando un aparato (el iPod) con un diseño minimalista, con funciones simples, que no requiere siquiera de un manual. Luego este invento se transformaría en el iPhone y llegaría a millones de personas, integrando el mundo de las telecomunicaciones y el entretenimiento. Es a partir de la aparición del iPhone que los estándares de calidad en la mente de los consumidores se elevó aún más y todos los fabricantes de celulares se apresuraron a sacar modelos que se aproximen al nuevo estándar. Los teléfonos inteligentes (smartphones) ganaron gran aceptación y aparecieron cientos de modelos con funciones similares a las del iPhone.
En resumen, Jobs llegó para cambiar la forma como interactuamos con la tecnología, para establecer nuevos estándares, para originar el cambio que nos llevaría a todos a utilizar la tecnología de forma amigable (De hecho Microsoft copió muchas cosas de Apple para introducirlas en Windows). Este genio de Apple modificó la forma en la que percibimos la tecnología, pero su legado no se ha terminado, Apple aún guarda muchas cosas para los próximos años, y aunque Jobs ya no se encuentre entre nosotros, su legado perdurará por mucho tiempo.