El mundo en el que vivimos plantea nuevos retos y cada vez respuestas más rápidas, se hace necesario anticiparse a las tendencias sociales para generar propuestas que nos lleven a una convivencia en equilibrio y armonía. Para lograr brindar soluciones a una sociedad cada vez más cambiante, se hace necesario aplicar una mayor dosis de innovación a las propuestas de desarrollo que planteamos, se requiere sacar provecho de nuevos canales de comunicación (como las redes sociales) y extender a toda la población la posibilidad de aportar en la generación de soluciones. Las administraciones públicas tiene una gran responsabilidad en el uso de tecnologías para lograr un equilibrado desarrollo de la sociedad y algunos expertos opinan que es hora de cambiar la forma en la que aplicamos la innovación a cuestiones sociales.
Charles Leadbeater investigador de un think thank en Londres, opina que la innovación no se encuentra exclusivamente en espacios «especiales», para el especialista, la innovación es altamente colaborativa y no puede ser restringida a reducidos espacios de investigación o departamentos especiales de innovación en las empresas. Leadbeater indica que estamos habituados a pensar en la innovación como un momento mágico de inspiración que llega para unos pocos, cuando en realidad se trata de un proceso acumulativo de ideas.
La nueva sociedad está conformada por personas cada vez más conectadas gracias a la tecnología, por personas que disfrutan creando nuevas ideas y nuevos productos, individuos que comparten para crear cosas completamente nuevas como la Wikipedia o Linux, y estos modelos de desarrollo pueden ser aprovechados por los gobiernos para mejorar los modelos sociales y la gestión política de los países si aprenden cómo mejorar los procesos de comunicación con sus ciudadanos utilizando la, cada vez más ubicua, tecnología.Leadbeater opina que solo se necesita el 1% de grandes grupos de usuarios (o ciudadanos) para originar enormes cambios en los productos o servicios que se ofertan.
Sociedad colaborativa
La innovación puede ser aplicada a un proceso o producto existente para lograr una mejora progresiva del mismo, o puede aplicarse de forma que surjan ideas que cambien por completo la forma en que se ejecutan determinados procesos, o incluso cambien una sociedad entera. Este último proceso de innovación se conoce como innovación disruptiva, y John Kao, consultor especializado en innovación, considera que la solución de grandes retos sociales como los sistemas de salud, el transporte público y el crecimiento de las ciudades, requieren grandes cantidades de innovación, por ello se hace necesario que los proyectos de innovación se extiendan desde los gobiernos hacia las empresas y la población en general.
Kao indica que la innovación debe estar vinculada a un propósito concreto para que se pueda apreciar el impacto de los resultados, pero si se cae en la inercia por temor jamás se verán los cambios. El experto indica que en la administración pública muchos funcionarios han sido entrenados para lidiar con la experimentación y prefieren no hacer nada a cometer un error y de esa forma aseguran su puesto, pero «las grandes ideas se han dado siempre en entornos donde la gente puede experimentar y dar rienda suelta a sus ideas», resaltó. Pero no se trata de dejar que todo el mundo haga lo que le da la gana, sino de equilibrar el trabajo entre las personas que laboran en el área operativa y aquellos que trabajan basados en la inspiración, se debe utilizar los sentidos y la intuición para determinar si se están haciendo cosas sin sentido o se han estancado, para encaminar nuevamente al equipo de trabajo con miras al objetivo trazado.