Microbiota intestinal y alergias infantiles: avances científicos y oportunidades de prevención

La ciencia revela que el desarrollo de las alergias en la infancia depende, en gran medida, de lo que sucede en el intestino. La composición y el metabolismo de la microbiota intestinal influyen en la maduración del sistema inmunitario, en la inflamación y en la tolerancia a los alérgenos. Un artículo de revisión sistemática publicado en Current Research in Microbial Sciences ofrece una síntesis actualizada sobre cómo la microbiota intestinal se relaciona con el sistema inmunitario y qué implicaciones tiene para la prevención y el manejo clínico. 

Aunque persisten resultados contradictorios entre estudios, se consolida la idea de que los primeros años de vida constituyen una ventana crítica para moldear un ecosistema intestinal protector, con un impacto duradero sobre la dermatitis atópica, alergia alimentaria, rinitis alérgica y asma.

 Concepto básico de las enfermedades alérgicas

Las enfermedades alérgicas se caracterizan por respuestas inmunitarias desproporcionadas frente a alérgenos ambientales o alimentarios. Suelen implicar elevación de inmunoglobulina E específica y síntomas que afectan la piel, el aparato respiratorio y el tracto gastrointestinal. Con frecuencia coexisten en los primeros años y su inicio, remisión y progresión no siguen trayectorias uniformes. Se sabe que la inflamación crónica, la hiperreactividad tisular y la remodelación de los tejidos participan en su evolución. Pese a los avances terapéuticos, los tratamientos actuales controlan los síntomas, pero no curan de forma definitiva y la elevada prevalencia genera una carga sanitaria y económica considerable a escala global.

El papel de la microbiota intestinal en las alergias infantiles

La microbiota intestinal contribuye a entrenar al sistema inmunitario para distinguir entre estímulos inofensivos y potenciales amenazas. Cuando este ecosistema pierde riqueza y equilibrio, un fenómeno conocido como disbiosis, aumentan las probabilidades de respuestas inflamatorias desproporcionadas. Según el estudio «Advances in research on gut microbiota and allergic diseases in children», se han descrito asociaciones entre menor diversidad microbiana y mayor riesgo de dermatitis atópica, así como perfiles bacterianos distintos en niños con asma, rinitis alérgica y alergia alimentaria. Estos hallazgos sugieren que proteger la estabilidad de la microbiota durante los primeros años de vida puede ayudar a reducir la probabilidad de sensibilización y de los síntomas alérgicos posteriores.

¿Cómo se realizó la revisión sobre la microbiota y alergias? 

Es una revisión de la evidencia reciente sobre alergias infantiles y microbiota. Resume conceptos clave, describe de forma general la variabilidad y composición del microbioma, considera metabolitos e intervenciones como probióticos e integra estudios previos para señalar tendencias generales y vacíos de conocimiento.

Resultados y hallazgos clave

Los investigadores han identificado diferencias notables en la microbiota intestinal de niños con y sin alergias. Una menor diversidad bacteriana y la presencia reducida de ciertos taxones protectores, como Bifidobacterium y Lactobacillus, se relacionan con un incremento de la susceptibilidad alérgica. Por el contrario, una abundancia desproporcionada de bacterias potencialmente patogénicas, como Clostridium difficile o ciertas cepas de Escherichia coli, puede favorecer procesos inflamatorios que alteran la tolerancia inmunológica.

Estos desequilibrios influyen en la producción de metabolitos clave, como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), cuya función es regular la maduración del sistema inmunitario y mantener la integridad de la barrera intestinal. Cuando la producción de AGCC se ve reducida, se generan condiciones que facilitan la hipersensibilidad frente a alérgenos ambientales y alimentarios.

Además, la disbiosis parece tener un efecto acumulativo: niños expuestos a factores de riesgo tempranos —como el nacimiento por cesárea o el uso recurrente de antibióticos— muestran una microbiota menos diversa en etapas posteriores, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar múltiples manifestaciones alérgicas a lo largo de la infancia. Estos hallazgos refuerzan la importancia de preservar un microbioma equilibrado desde los primeros meses de vida como estrategia preventiva frente al fenómeno conocido como atopic march.

Cuidar la microbiota temprano en la vida puede cambiar el curso de las alergias infantiles.

Implicaciones finales

La conexión entre microbiota intestinal y alergias infantiles refuerza la importancia de estrategias preventivas que apoyen el desarrollo microbiano saludable desde etapas tempranas. Intervenciones dietéticas que aumenten la disponibilidad de sustratos fermentables, junto con enfoques probióticos cuidadosamente seleccionados, podrían integrarse en planes de prevención y manejo, siempre en el marco de la evidencia y la individualización clínica. Se requieren ensayos de alta calidad que aclaren qué combinaciones de cepas, dosis y tiempos de aplicación logran impactos sostenibles sobre la marcha atópica y sus manifestaciones.

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Fuente: Advances in research on gut microbiota and allergic diseases in children