En España los productos industrializados han ganado terreno y rápidamente la dieta medirarránea ha sido dejada de lado. Hoy la mitad de la población española padece de alguna enfermedad de carácter digestivo y las causas están asociadas al estrés y a una alimentación pobre y desordenada. El pasado 29 de mayo la Organización Mundial de Gastroenterología y la Sociedad Española de Patología Digestiva celebraron el Día Mundial de la Salud digestiva y los principales especialistas en salud digestiva aportaron con su opinión respecto al origen de las enfermedades digestivas.
El doctor Miguel Bixquert, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, indica que en los últimos 30 años se ha dejado de lado la dieta mediterránea y en su lugar se ha incrementado el consumo de alimentos industrializados, azúcares refinados y grasas saturadas, disminuyendo el consumo de alimentos fermentados. Bixquert explica que los alimentos industrializados son muy estériles, y nuestra línea de defensa, nuestros gérmenes intestinales deben «entrenarse» con todo lo que comemos para estar preparados para combatir a los gérmenes dañinos para nuestro organismo, pero al consumir una gran cantidad de alimentos procesados, deja a las personas con un «sistema inmunitario un poco minusválido». Para compensar este desequilibrio, el especialista recomienda el consumo de probióticos.
Los probióticos son alimentos que contienen cepas de microbios que refuerzan a los gérmenes del tracto digestivo. Bixquert asegura que el yogur es un alimento probiótico, pero los yogures que contienen bifidobacterias o casei brindan una mayor ayuda a nuestro sistema digestivo. Adicionalmente, los productos encurtidos como los pepinillos en vinagre, el chucrut y los quesos fermentados ayudan a mejorar las defensas de nuestro organismo.
El especialista indica que los cambios en la dieta de los españoles se refleja en la incidencia de enfermedades como el reflujo gastroesofágico, que se ha triplicado en las cuatro últimas décadas, y otros problemas como el estreñimiento, la diarrea y los divertículos de colon. Se ha identificado también un incremento en los casos de hígado graso, una enfermedad que ocupa el segundo lugar como causa de transplante hepático en España.
A la mala alimentación se suman el tabaquismo y el abuso de alcohol. Además se extiende el sedentarismo, causando obesidad y reduciendo el tiempo de tránsito en el intestino, para reducir estos efectos, los especialistas recomiendan practicar ejercicio moderado al menos 30 minutos por día.