En un hospital de Trieste, Italia, se realizó un ensayo con la finalidad de tratar a niños que experimentaban reacciones alérgicas severas alentrar en contacto con productos lácteos. De acuerdo al reporte, en Europa, algunos niños alérgicos a la leche vacuna pueden experimentar reacciones excepcionalmente severas tras ingerir cantidades ínfimas del antígeno, e incluso por el solo contacto, por inhalación o a través dela piel. Hasta ahora la única forma conocida para evitar dichas reacciones era evitar todo contacto con proteínas del origen indicado,y no abandonar el hogar sin llevar adrenalina autoinyectable. Investigadores lograron, a través de un estudio controlado, determinar que en muchos casos es posible inducir a la tolerancia oral hacia productos de origen lácteo.
Para llevar adelante esta experiencia se reclutaron 60 niños de entre 5 y17 años. Todos los pacientes seleccionados presentaban reacciones alérgicas severas debidamente comprobadas tras exponer a los niños a dosis de 0,8mL de leche entera y observar que se originaba una reacción positiva. Se excluyeron los casos en los que los niños tenían limitado acceso a servicios de atención de urgencia, también aquellos casos enque los encargados de cuidar al niño no demostraban verdadero compromiso, y a pacientes que padecían además asma sin un adecuado control.
Se distribuyeron a los niños y jóvenes seleccionados en dos grupos de treinta participantes cada uno. Los pacientes del primer grupo colaboraron para desarrollar una inducción de tolerancia oral específica y al segundo grupo se le proporcionó una dieta en la que se excluía la leche de vaca. Los niños que participaron en el grupo de inducción debían permanecer en el hospital 10 días, durante los que recibieron dosis crecientes de leche hasta llegar a un máximo de 20mL por dosis, y una vez en sus casas debían seguir el tratamiento recibiendo dosis cada vez mayores, dependiendo de su tolerancia. Los pacientes combinaban su tratamiento con antihistamínicos, y tras alcanzar dosis de 150mL de leche entera se comenzaba una paulatina eliminación de los antihistamínicos y además se invitaba alos niños a consumir otros lácteos. Se realizaron mediciones detolerancia entre 5 y 149mL.
Tras un año de iniciar la experiencia se analizaron los resultados obtenidos. Los niños del grupo de control no desarrollaron tolerancia a los lácteos, por contraposición, los niños del grupo que se sometieron a la inducción lograron tolerancia en diversos grados. El 37% alcanzaron la tolerancia máxima, mientras que el 90% de los participantes alcanzó alguno de los niveles de tolerancia parcial.Todos los niños del grupo de inducción sufrieron episodios adversos principalmente prurito bucal, bronco espasmos y dolor abdominal. Durante el desarrollo del estudio se observó que el 13% de los niñossometidos a inducción recibieron adrenalina intramuscular en el hospital y 3,3% recibieron adrenalina en sus casas. Se destaca que selogró alcanzar en el 90% de los casos tolerancia parcial.
ElDr. Bruce Mazer, del hospital de niños de Montreal en Quebec, Canadá,indica que la cifra obtenida, de 90% de casos que alcanzan cierto nivel de tolerancia, es similar a un estudio desarrollado por Staden, aun quela experiencia de Staden estaba basada en niños más pequeños y conalergias más leves. El doctor resalta que se debe tener en cuenta también que en el estudio se presenta una elevada cantidad de efectos adversos, no mayores que la cantidad de incidencias durante las pruebas de estímulo en centros hospitalarios. Mazer recomienda realizar nuevos estudios que permitan delinear el protocolo ideal y el perfil deseguridad de la intervención; el especialista indicó además que otraestrategia que se está evaluando es la vacunación con antígenos modificados.