Comer de forma más sostenible

Comer de forma sostenible en los años de Covid-19, la guerra de Ucrania y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos debidos al cambio climático se ha vuelto más difícil que nunca debido a que estos acontecimientos suponen una amenaza para la seguridad alimentaria. En esencia, la agricultura contribuye al cambio climático y a la vez se ve afectada por él.

Para la Unión Europea, reforzar la resistencia y la sostenibilidad de los sistemas alimentarios mundiales es una prioridad absoluta, como se ve en la Estrategia de la UE «De la granja a la mesa», que propone un enfoque de la producción de alimentos que sea económicamente justo, apoye la salud y el bienestar y no perjudique más al medio ambiente. Esto va de la mano de los esfuerzos de la UE por alcanzar las emisiones netas cero o la neutralidad climática para 2050

El problema de nuestro sistema alimentario

En la actualidad, el sector alimentario es responsable de casi un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y esta cifra sigue aumentando. Antes de llegar a los consumidores, los alimentos se cultivan, producen, almacenan, procesan, envasan, transportan, preparan y sirven. Cada uno de estos procesos libera metano y óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero. El metano es liberado en mayor medida por el ganado en forma de residuos almacenados en vertederos. 

Además, el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados degrada el suelo, el agua y el aire. La creciente demanda de agua para regar la cantidad cada vez mayor de cultivos es ahora responsable del 70% del consumo mundial de agua dulce. La práctica común del monocultivo reduce la biodiversidad al cultivar lo mismo año tras año en la misma tierra. Esto es un problema porque cuanto menor es la variedad de especies de plantas, animales y otros seres vivos, menor es la resiliencia del ecosistema. 

¿Qué se puede hacer?

Aunque la mitad de la batalla consiste en cultivar de forma más responsable, ser un consumidor responsable de alimentos también es un aspecto importante para salvar los efectos del sector alimentario en el medio ambiente. Aunque es más difícil para quienes viven en desiertos alimentarios o tienen menos recursos acceder a alimentos sostenibles, muchos consumidores tienen la capacidad de cambiar sus hábitos de consumo para ser más sostenibles. He aquí algunas maneras de comer de forma más sostenible:

  • Intente consumir más alimentos cultivados y producidos localmente, especialmente los procedentes de pequeñas empresas.
  • Cambie su dieta en función de la temporada, ya que es más sostenible cultivar los productos en su temporada natural.
  • Coma menos carne.
  • Cultive algunos de sus propios productos.
  • Mezcle los cereales que compra con frecuencia, ya que algunos, como la quinoa, son más sostenibles que otros, como el arroz.
  • Piénselo dos veces antes de tirar los restos de comida, ya que muchos pueden reutilizarse en otros platos para reducir el desperdicio alimentario.

En general, los pequeños cambios en los hábitos de consumo son una forma relativamente fácil de contribuir a que la UE alcance sus objetivos climáticos netos cero.

Finalmente, cabe recordar que FUNIBER patrocina diversos cursos para aprender más sobre la gestión de proyectos científicos y medioambientales. Algunos de estos programas son la Maestría en Gestión Integrada: Medio Ambiente, Calidad y Prevención y la Maestría en Proyectos de Gestión Ambiental.

Fuentes:

Eating sustainably – easier than you think?

Farm to Fork strategy for a fair, healthy and environmentally-friendly food system

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