Un profesor de la red universitaria con la que colabora FUNIBER, el Dr. Leonardo Ribeiro, ha publicado un artículo de coautoría sobre los cambios climáticos y ambientales, editado por la Universidad de Campinas.
Está ya a la venta el libro “Clima de Tensão”, con un estudio escrito por el profesor Dr. Leonardo Ribeiro, de la red universitaria con que FUNIBER colabora. La publicación aborda el tema de los cambios ambientales y climáticos en áreas protegidas y vulnerables a partir de diversos estudios de investigadores de varios países.
En el capítulo “Megaprojetos no litoral norte paulista: grandes empreendimentos de infraestrutura como ‘gatilhos’ para um processo de modernização ecológica”, el profesor escribe, con la participación de otros investigadores del Núcleo de Estudios e Investigaciones Ambientales de la Unicamp, sobre el concepto de modernización ecológica y analiza a los impactos de las grandes iniciativas en una región de gran relevancia ambiental y con problemas sociales.
Leonardo Ribeiro es ingeniero agrónomo, con doctorado en Medio Ambiente y Sociedad por la Universidad de Campinas. Su estudio de doctorado fue seleccionado por Unicamp para concurrir al Premio Capes de mejores tesis en Brasil de 2014.
Además del trabajo docente, el profesor actúa también como analista ambiental del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA). En los últimos años, el Dr. Leonardo Ribeiro ha participado en investigaciones de gestión ambiental, licenciamiento ambiental de grandes iniciativas, evaluación de impactos ambientales y evaluación de impactos cumulativos
Aprovechamos la ocasión del lanzamiento del libro para entrevistarle y saber más sobre el estudio publicado.
Profesor, ¿podría indicarnos cuáles fueron las conclusiones del estudio publicado?
El estudio concluye que los aspectos identificados en el crecimiento de las actividades industriales en la región estudiada, el Litoral Norte Paulista, en Brasil, revelan indicios importantes, pero aún incipientes, de un proceso de Modernización Ecológica. A pesar de la existencia de esos indicios, las lagunas detectadas son significativas y la coubicación de grandes proyectos de infraestructuras tiende a agravar los problemas, tanto ambientales como sociales de la región.
La inclusión de innovaciones tecnológicas en las iniciativas analizadas debe ser vista como una iniciativa positiva, sin embargo tiende a enmascarar a la priorización de criterios económicos en la toma de decisión en niveles más estratégicos que los de proyecto. En otras palabras, siguiendo el sistema jerárquico tradicional de toma de decisión gubernamental (POLÍTICA, PLAN, PROGRAMA, PROYECTO, ACCIÓN), se puede decir que sólo es posible percibir la incorporación de la variable ambiental en los últimos eslabones de la cadena, o sea, aun cuando las tecnologías introducidas en los procesos productivos sean estructurales y no de “fin de tubo”, esas innovaciones no garantizan que los criterios ambientales estén en el mismo nivel de relevancia que los criterios económicos y que con eso, ocurra la emancipación de la esfera ecológica con relación a las demás esferas de poder.
¿Podría indicarnos cómo surgió el tema del estudio y por qué la importancia de investigar este asunto?
El objeto principal de mis investigaciones son las grandes iniciativas de infraestructura, los llamados Megaproyectos. Estos pueden ser definidos como grandes iniciativas de infraestructura con presupuestos superiores a 1 billón de dólares y con capacidad substancial de generación de impactos sociales, ambientales y económicos, atrayendo grande atención popular (FLYVBJERG et al., 2003).
En Brasil, como consecuencia del crecimiento económico percibido en la primera década de los años 2000, fueron proyectadas obras relacionadas con los sectores de la comunicación, la energía, los transportes, la minería y el saneamient,o con aporte suficiente para alterar la dinámica social, económica y ambiental de regiones con alta relevancia ambiental y grandes problemas sociales.
Así, esa investigación se sirvió del conocimiento producido por la Sociología Ambiental, adoptando la Modernización Ecológica como protección teórica para sus análisis, abordándola en un sentido amplio, definiendo como su presupuesto central el alcance simultáneo de objetivos económicos y ambientales, lo que llevaría a un nuevo equilibrio entre el crecimiento económico y la conservación ambiental.
En general, las grandes iniciativas de infraestructura son vistas como degradantes ambientales. ¿Esta visión es correcta? ¿Por qué?
Según el profesor Bent Flyvbjerg (2003, 2009), las grandes iniciativas de infraestructura formarían parte de un cóctel insalubre de varios billones de dólares, envolviendo costes subestimados, recetas sobrestimadas, impactos ambientales subdimensionados y efectos de desarrollo económico supervalorados. Lo que puedo afirmar con mi investigación es que más que degradantes, los Megaproyectos son invariablemente “transformadores”.
En muchas situaciones, grandes iniciativas de infraestructura pueden tener impactos beneficiosos, tanto en aspectos socioeconómicos como en aspectos ambientales. Sin embargo, sus beneficios dependen de crear un buen proyecto, de la participación popular efectiva, de las herramientas de control de corrupción y de estrategias de planificación socioambiental adecuadas, capaces de minimizar y compensar los impactos negativos, maximizando sus efectos positivos.
La literatura científica discrimina instrumentos de gestión que pueden ser aplicados con ese propósito, preferencialmente en conjunto, como la Evaluación Ambiental Estratégica, la Evaluación de Impactos Cumulativos, el Zoneamiento Económico Ecológico y la Evaluación de Impacto Ambiental. Lo que tenemos en la práctica, principalmente en países con economías en desarrollo, es un sumatorio de proyectos malos, ausencia de planificación, participación popular deficitaria y corrupción. El resultado es, inevitablemente, degradación ambiental y agravación de los problemas sociales.
¿Qué es la modernización ecológica? ¿Puede ser una alternativa de economía sostenible?
La Modernización Ecológica es, ante todo, una teoría de análisis de la reforma institucional, con centro en el crecimiento independiente de la ecología frente a las otras dimensiones de racionalidad de la sociedad industrial, en especial de la economía. En teoría, la Modernización Ecológica puede ser vista como un concepto que busca superar los problemas ambientales desde cuatro presupuestos: introducción de innovaciones tecnológicas en los procesos productivos, prevención de la degradación ambiental, participación pública en la toma de decisión y soluciones ambientales y económicas simultáneas. En ese punto, de forma simplificada, es una teoría social, digamos “optimista”, y sus presupuestos estarían alineados con conceptos como los de la Economía Verde o de la Economía Ecológica, fuertemente basados en metas de desarrollo sostenible.
¿Podría indicarnos cómo este concepto se integra en los estudios del área?
Mi interés en la Teoría de la Modernización Ecológica reside, principalmente, en la capacidad de esta teoría de proporcionar al investigador un conjunto consistente de conceptos, condiciones y premisas apropiados para el desarrollo de un análisis empírico. Esos atributos colaboran, según el investigador Arthur Mol (1995), para la comprensión de las transformaciones de las instituciones de la modernidad tardía en una dirección más sostenible ambientalmente.
La existencia de indicios de Modernización Ecológica en un país o región podría sugerir el desarrollo de capacidades institucionales que habilitarían los actores involucrados a contestar, de manera más eficiente, a los nuevos desafíos impuestos por los Megaproyectos. Por otro lado, las lagunas detectadas en ese proceso indicarían la tendencia de agravamiento de los problemas existentes.
¿En su opinión, en el sector ambiental es importante la formación continuada?
Ante todo, la humanidad demanda conocimiento científico acerca de los problemas relacionados a la crisis ambiental global. Las perspectivas actuales en relación, por ejemplo, a las pérdidas de biodiversidad, polución y calentamiento global no son nada optimistas. Las últimas previsiones del IPCC son espantosas y los gobiernos aún no tienen una agenda clara de abordaje de la cuestión. No sólo el mercado, como ente etéreo de la modernidad, sino la sociedad como un todo, demandará cada vez más profesionales bien instruidos que sepan elaborar más que buenas respuestas, buenas preguntas.
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