El presidente hizo un llamado para que todas las autoridades tomen medidas para prevenir un desastre
Mediante una orden ejecutiva, publicada en la página web de la Casa Blanca, el presidente Obama ha anunciado que todas las autoridades de Estados Unidos se preparen para hacer frente a la llegada de una tormenta solar. Estados Unidos es un país que depende de la electricidad, y la llegada de una gran tormenta solar podría desactivar algunos equipos de generación de energía en Estados Unidos y afectar las telecomunicaciones.
Obama ha indicado que cabe la posibilidad de que una gran tormenta solar llegue a la tierra y ocasione alteraciones en los sistemas de telecomunicaciones y en la red de energía eléctrica, afectando indirectamente todos los servicios de agua, transporte y salud, generando enormes inconvenientes para la población.
El presidente de Estados Unidos ha establecido un plazo de 120 días para que los responsables de la Secretaría de Energía desarrollen un plan que les permita proteger de perturbaciones electromagnéticas a los principales servicios que se brindan a los ciudadanos. Este trabajo debe realizarse de la mano de las autoridades del gobierno federal, los gestores de emergencias, investigadores y medios de comunicación, para desarrollar asociaciones que permitan generar un plan para reducir el impacto de un evento extremo.
Sin electricidad
Cuando ocurren tormentas solares de gran intensidad se producen explosiones en la superficie solar que equivalen a decenas de millones de bombas de hidrógeno, liberando partículas con carga magnética que llegan a la tierra en un lapso de 24 a 36 horas. La mayor parte del tiempo la atmósfera detiene las partículas que llegan del sol, pero cuando las eyecciones de masa coronal son muy potentes, pueden atravesar la atmósfera, causando daños a los sistemas de comunicaciones y sistemas generadores de electricidad.
En 1859 se registró una tormenta solar de gran intensidad; el primero de setiembre de ese año el sol emitió una inmensa llamarada que llegó a la tierra en solo 17 horas y causó daños a la incipiente red de telégrafos que operaba en Europa, fundiendo los cables y causando pequeños incendios. Este fenómeno se llamó el evento Carrington, en honor al científico que identificó el fenómeno.
En marzo de 1989 las partículas liberadas por una tormenta solar ocasionaron problemas en la planta hidroeléctrica de Québec en Canadá por más de nueve horas.
Una tormenta solar de gran magnitud actualmente podría causar grandes problemas en aquellas ciudades que dependen en gran medida de la electricidad y las telecomunicaciones, es por esa razón que el presidente de Estados Unidos ha pedido a las autoridades de todo el país que preparen planes de contingencia que permitan proteger los sistemas eléctricos y de comunicaciones.
Una gran tormenta podría causar daño actualmente a los sistemas GPS, interrumpir las señales de radio, puede desactivar satélites, borrar datos almacenados en computadoras, corroer las tuberías de agua y alcantarillado y podría generar apagones en múltiples puntos del planeta.
Los estudiantes del área de Medio Ambiente de FUNIBER se mantienen atentos a las medidas de prevención que se aplican para tomar acción y brindar recomendaciones frente a un eventual evento de grandes dimensiones.
Fuente: Whitehouse.gov
Foto: NASA