A finales de Junio de este año, The Guardian publicó un informe en el que se mencionaba que en las zonas cercanas al derrame de petróleo se han descubierto zonas muertas, o áreas que no pueden albergar a nigún ser vivo. Se han detectado en la zona tasas “asombrosamente altas” de metano, desencadenando reacciones químicas que eliminan el oxígeno del agua, en algunos casos, las tasas de metano son 100 mil veces superiores a las tasas normales, de acuerdo a los estudios realizados por dos científicos independientes. Otros científicos y pescadores han reportado además movimientos inusuales de peces, camarones, langostas, e incluso los tiburones han sido vistos cerca de las costas de Alabama.
Meses más tarde los científicos identificarían la presencia de bacterias que se alimentaban de hidrocarburos, y se identificó que en algunas zonas cercanas al derrame de petróleo las tasas de oxígeno han caído en un 20%, situación que preocupa a algunos especialistas, porque es un escenario que podría reforzar el incremento de zonas muertas en dicha área.
Pero no todo es negativo, los científicos identificaron que la reducción de los niveles de oxígeno no era ocasionada por la presencia de los microbios que se alimentan de hidrocarburos, y por tanto estos microorganismos están trabajando para dispersar el petróleo sin ocasionar una pérdida preocupante de oxígeno. Hasta ahora los investigadores tenían cierta preocupación, porque se pensaba que si los microbios consumían demasiado petróleo agotarían el oxígeno de aguas profundas.
Además se ha identificado que los niveles de oxígeno no han caído demasiado, porque las corrientes que rodean la zona del desastre continuarán llevando oxígeno desde otras zonas cercanas. Si los niveles de oxígeno caen por encima del 70% se crearían zonas muertas en esa zona del océano.