En el 2012 se registraron 810 millones de ancianos en el planeta. Para el 2020 se estima que más de 1000 millones de personas superarían los 60 años. Las proyecciones para Latinoamérica indican que alrededor del 25% de la población de esa región será mayor de 60 años hacia mediados de siglo y la mayoría será de sexo femenino. Todos estos datos plantean nuevos retos para la administración pública y las empresas. El desafío radica ahora en «considerar a los mayores como un recurso social comunitario y no una carga que la sociedad debe sobrellevar», indica el Lic David Zolotov, docente de la Universidad de Buenos Aires.
Se estima que en los próximos años la población Argentina aumentará casi un 60%, pero el segmento de mayores de 60 años aumentaría en un 104%, y dentro de ese sector, se calcula que los mayores de 80 años se incrementarían en un 236%. Se calcula que Argentina pasaría de tener seis millones de personas ancianas en la actualidad a ocho millones y medio de ancianos para el 2030.
Considerando las proyecciones, se hace necesario desarrollar estrategias para atender a los futuros ancianos, teniendo en cuenta que los avances presentados por la ciencia, la medicina y la tecnología nos permitirán vivir más, pero no necesariamente eso significa vivir mejor.
Zolotow considera que se debería trabajar para ampliar la prevención y promoción de la salud por sobre la asistencia y formar recursos humanos para trabajar con ese segmento de la población. El especialista indica que en Argentina han aumentado en forma significativa los programas universitarios que forman profesionales para atender a los adultos mayores.
El reto para los países de Latinoamérica ahora radica en lograr una participación real y efectiva de los ancianos en la generación de políticas que permitan desarrollar una sociedad para todas las edades. Se trata ahora deguiarlos para lograr una mejor toma de decisiones que beneficie a todos los actores de la sociedad.
Se trata de lograr que las personas alcancen un envejecimiento digno, en un entorno social que les brinde plena protección de sus derechos, generando un entorno que promueva la participación de los ancianos y en el que se desarrolle la solidaridad intergeneracional. se debe considerar que la población de ancianos alberga muchos segmentos con distintas necesidades específicas, por tanto no se puede desarrollar una legislación genérica, se debe atender a las particularidades que las personas enfrentan en el proceso de envejecimiento.
Zolotow indica que en el año 2002, en España, durante la Segunda Asamblea mundial sobre el envejecimiento los casi 200 países participantes aprobaron el «Plan Madrid», documento que establece tres prioridades: Las personas mayores y el desarrollo, la promoción de la salud y el bienestar en la vejez y el desarrollo de entornos favorables. Ahora el reto apunta a lograr reducir la diferencia entre los planes y las acciones concretas.
fuente:
http://www.unicen.edu.ar/content/desaf%C3%ADos-del-envejecimiento-poblacional-al-inicio-del-nuevo-milenio
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