Las nueve claves del envejecimiento

Una investigación presentada por la Universidad de Oviedo ha logrado identificar nueve indicadores moleculares del envejecimiento. El estudio titulado «The Hallmarks of Aging» señala que hay nueve marcas que permiten identificar el avance del proceso de envejecimiento, además se ordena los indicadores moleculares en: primarios (o causas desencadenantes), la respuesta del organismo a esas causas, y los fallos funcionales resultantes, resaltando que los tratamientos podrían incidir sobre los mecanismos primarios para retrasar el envejecimiento de órganos y tejidos.

El estudio destaca que las causas primarias del envejecimiento son cuatro: la inestabilidad genómica; el acortamiento de los telómeros; las alteraciones epigenéticas; y la pérdida de la proteostasis. La inestabilidad genómica está relacionada a los defectos que se van acumulando en los genes, además este factor produce la reducción de los telómeros de los cromosomas, pero la relevancia de este efecto es tal que se ha elevado al nivel de causa primaria. Las alteraciones epigenéticas resultan de la exposición al medio ambiente y la proteostasis tiene relación con la acumulación de proteínas defectuosas que debieron ser eliminadas por el organismo (como en el caso del Alzheimer).

En el segundo nivel se encuentra la senescencia celular, la disfunción de mitocondrias y la restricción de nutrientes. El proceso de senescencia celular induce a la célula a dejar de dividirse, cuando una célula acumula muchos defectos, previniendo el cáncer, pero al producirse en exceso, los tejidos envejecen, este proceso también se produce por la reducciòn de los telómeros. La reducción de nutrientes no regulada funciona porque a medida que se envejece el cuerpo requiere menos nutrientes para repararse a sí mismo y la evidencia demuestra que el cuerpo se puede reparar a sí mismo si no se recarga de nutrientes a las células rotas o al DNA, pero esto solo funciona cuando se produce por un corto periodo de tiempo, porque una falta prolongada de nutrientes podría ser peligrosa. Por último la disfunción de mitocondrias genera una reducción de energía disponible para las células.

En el tercer nivel, se encuentran los factores que ocurres después de que el organismo no ha logrado contener los efectos de cualquiera de los procesos anteriores, y como consecuencia puede ocurrir un agotamiento de las células madre de los tejidos, o errores en la comunicación intercelular. La inactividad de las células madre genera el colapso de la función regeneradora del organismo y los errores en la comunicaciòn intercelular producen problemas como la iflamación, que al tornase crónico puede influir en el desarrollo de cáncer.

Los investigadores manifiestan que al entender y combatir el envejecimiento se lograría avances en la lucha contra otras enfermedades. El estudio demuestra que hay una clara realación entre el envejecimiento y la acumulación de daño en el ADN con el transcurrir de los años, y es este deterioro del ADN el que origina enfermedades como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

Ahora la principal tarea será entender las conexiones entre todos los procesos degenerativos y proponer soluciones para frenar el envejecimiento. Hasta el momento ya se tienen identificados procesos que pueden ayudar a revertir el acortamiento de los telómeros, aunque en una fase experimental en ratones.

Fuentes:
http://www.ta65doctor.com/blog/2013/06/08/the-9-hallmarks-of-aging/

http://www.uniovi.es/comunicacion/noticias/-/asset_publisher/33ICSSzZmx4V/content/envejecimiento-otin?redirect=%2Fcomunicacion%2Fnoticias

Artículo de referencia:
The Hallmarks of Aging. Carlos López-Otín, Maria A. Blasco, Linda Partridge, Manuel Serrano, Guido Kroemer. doi: 10.1016/j.cell.2013.05.039

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gerontología