El estudio Carga Mundial de Enfermedades, Traumatismos y Factores de Riesgo – GBD 2010, publicado en la revista The Lancet, informa que se han dado cambios en las tendencias de salud, y, en general, la población mundial ha envejecido y los niños podrían tener más problemas por el consumo de comida no saludable, que por la carencia de comida. Adicionalmente se ha incrementado la prevalencia de enfermedades mentales, razón por la que los centros de salud de Atención Primaria están desarrollando estrategias de prevención y promoción de la salud, integrando intervenciones de salud mental en los tratamientos, mediante la incorporación de psicólogos en los equipos de trabajo.
De acuerdo al informe tan solo dos décadas atrás la mayor carga de mortalidad en el mundo era la muerte prematura, pero actualmente la carga se ha trasladado a las enfermedades crónicas, los males mentales y los transtornos musculoesqueléticos. En España, los transtornos cardiovasculares, el infarto, el cáncer de pulmón y el cáncer de colon siguen liderando la lista de enfermedades, pero se ha dado un enorme incremento de la incidencia y prevalencia de demencias tipo Alzheimer, con lo cual se muestra una tendencia al envejecimiento de la población.
La población española está envejeciendo rápidamente y el Alzheimer es una enfermedad que ha escalado posiciones a gran velocidad, y ha pasado a ocupar el puesto 6, cuando hace dos décadas se mantenía en el puesto 24. Adicionalmente se ha identificado que en España las principales causas de discapacidad son actualmente los dolores de cuello, la lumbalgia y enfermedades mentales como el transtorno depresivo mayor.
Ahora los servicios de salud deben desarrollar estrategias para enfrentar los nuevos retos que plantea el envejecimiento de la población, por ello cada vez más especialistas de psicología de la salud, han desarrollado programas de comprobada eficacia para fomentar entre la población comportamientos y estilos de vida saludables, en un esfuerzo por prevenir la prevalencia de enfermedades crónicas. Se debe incorporar los tratamientos psicológicos en los casos de enfermedades crónicas, teniendo en cuenta que las personas que las padecen tienen un riesgo de 2 a 3 veces mayor de padecer ansiedad o depresión en comparación con el resto de la población.
Fuente:
http://www.infocop.es/view_article.asp?id=4472