Un artículo publicado en la revista JAMA Neurology indica que una reducción en la calidad del sueño tiene impacto en la deposición de placas beta-amiloide, un indicador del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Los autores del estudio destacaron que la deposición de placas estuvo asociado a la calidad del sueño y no a los cambios en la cantidad de sueño. Se identificó que en personas mayores una siesta frecuente durante tres o más días por semana, se reflejaba en cambios en los resultados en la etapa preclínica de enfermedad de Alzheimer.
El estudio se realizó entre Octubre del 2010 y Junio del 2012. Participaron 145 personas entre 45 a 75 años, la mitad de ellos con un historial familiar en el que se habían presentado casos de Alzheimer.
El sueño fue monitoreado objetivamente por actigrafía por dos semanas. Se tomó en cuenta el tiempo que la persona permanecía despierta en la cama como medida principal de la calidad de sueño y se midió el tiempo total de sueño. Se realizaron análisis de fluido cerebroespinal Aß42, para determinar si se presentaba deposición de placas beta-amiloide. se registraron además diarios de sueño.