La población de ancianos tienen carencias nutricionales, y se hace evidente la falta de vitaminas B y D, calcio, magnesio y hierro en los recientes estudios realizados en España. Desde el punto de vista de los especialistas las deficiencias se producen como resultado de una mala adaptación de la alimentación a las dosis diarias recomendadas de nutrientes. De acuerdo a Alfredo Martínez, del Departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología de la Universidad de Navarra, en España se trabajaba con referencias dispares, pero ahora la Federación Española de Sociedades de Nutrición y Alimentación y Dietética (Fesnad) ha publicado el libro Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR) para los españoles.
Martínez considera que el libro de IDR será útil para elaborar de una mejor forma los menús para escuelas y residencias. Para el presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Javier Aranceta, esta herramienta servirá a los profesionales para adecuar la densidad de nutrientes a las IDR que requieren los ancianos y a su volumen de ingesta.
Aranceta considera que para la población de ancianos es necesario disminuir el consumo de grasas e incrementar el consumo de frutas y verduras, en especial aumentar el consumo de papas (patatas), cereales integrales, legumbres, frutas e incrementar los hidratos de carbono que permitan repartir en forma equilibrada las raciones calóricas. El secreto para lograr el consumo de todos los nutrientes que requieren los ancianos radica en preparar los platos de forma atractiva.