Como medio para tratar los problemas de conducta de los ancianos con demencia es frecuente la aplicación de terapia con antipsicóticos. Sin embargo, el uso de antipsicóticos en este grupo etario puede provocar la aparición de episodios severos que provoquen hospitalizaciones o incluso la muerte. Los investigadores del Instituto de Ciencias Clínicas de Evaluación de Ontario, en Canadá, realizaron el estudio con el objetivo de determinar la proporción general de episodios severos que puede sufrir una población específica de ancianos con demencia en los primeros 30 días de la intervención con antipsicóticos. Tras el periodo de evaluación se determinó que muchos podrían resultar hospitalizados o morir en solo un mes de terapia.
Los expertos del Instituto compararon 20 682 adultos que tenían demencia y vivían en la comunidad con otros 20 559 vivían en un hogar para ancianos entre el 1 de abril de 1997 y el 31 de marzo del 2004. Cada grupo se subdividió en tres grupos; los que no recibieron antipsicóticos, los que tomaban los más nuevos y el grupo que tomaban de los antipsicóticos más antiguos.
Según los resultados obtenidos de la investigación, los adultos mayores que vivían en la comunidad que recibieron una prescripción médica para un medicamento antipsicótico más nuevo tenían 3.2 veces más posibilidades de ser hospitalizados o de morir durante treinta días de seguimiento. Asimismo, los que recibieron terapia antipsicótica más antigua tenían 3.8 veces más chances de sufrir un evento de este tipo, comparándolos con quienes no recibieron terapia antipsicótica.
Para María Carrillo, Directora de Asuntos Médicos y científicos de la Asociación de Alzheimer de Chicago las intervenciones conductuales deben intentarse primero y los antipsicóticos se deben usar como último recurso. También afirmó que es importante resolver ésta situación primero con el médico y hacer un seguimiento para asegurarse que estos medicamentos tengan el efecto deseado y si no, habría que descontinuar el tratamiento inmediatamente.
Los medicamentos antipsicóticos se usan regularmente para tratar algunas de las complicaciones conductuales de la demencia como el delirio, psicosis, agitación, depresión o insomnio grave.