En esta entrevista, el doctor Antonio Pantoja, director de las revistas científicas MLS Journals y director del Doctorado en Educación de la Universidad Internacional Iberoamericana (UNINI), analiza los desafíos de la formación docente.
Como director de las revistas MLS Journals, y editor-jefe de MLS Educational Research (MLSER), enfocada en temas de educación, ¿nos podría indicar qué tendencias o preferencias de investigaciones específicas hay en el ámbito de la formación docente?
Bajo mi punto de vista, en la actualidad las investigaciones se centran de manera mayoritaria en tres grandes ámbitos: nuevas metodologías docentes, inclusión y tecnologías. A veces, incluso se entrecruzan las perspectivas.
En primer lugar, el profesorado se enfrenta a retos propiciados por cambios en la forma de aprender del alumnado. La investigación aporta evidencias sobre qué metodologías son las más adecuadas en función de la edad, de la temática o de otras variables que puedan influir en el mismo acto de aprender.
En el fondo, la investigación tiene en su punto de mira conseguir innovaciones valiosas en el campo educativo. Citemos, por ejemplo, la gamificación, como una metodología emergente basada en el aprender jugando; o Design Thinking como método para aprender a resolver problemas y estimular la innovación, incluyendo la investigación como parte de su desarrollo.
La escuela inclusiva es un reflejo de la sociedad actual. No podría ser de otra forma que en los centros se atienda a todo el alumnado sin ningún tipo de discriminación, viendo que las diferencias son lo que nos enriquece como seres humanos. La igualdad de oportunidades, las distintas formas de aprender, las capacidades de cada estudiante, son o deben ser algunas de las características que se pongan de manifiesto en la actividad educativa. La investigación, una vez más, tiene la obligación de profundizar en un mejor conocimiento de los logros obtenidos y dar a su vez pautas para la mejora. El proceso de atención a la diversidad, está vigente en los rincones más recónditos del comportamiento humano y, por este motivo, no debe dejar de ser estudiado.
Por último, las tecnologías, omnipresentes en la vida de los ciudadanos y con cada vez más novedosos descubrimientos, como la reciente aparición del chat GPT una aplicación de la inteligencia artificial (IA), con una potencia que va a poner a prueba la capacidad de las personas de seguir siendo ellas mismas y no recurrir a resultados fáciles, despersonalizados, realizados por una máquina. Las tecnologías en general y el conocimiento y la información existentes en la red, son un apoyo de gran valor en el proceso de aprendizaje y, por tanto, deberán ser estudiadas para poner en valor su verdadera utilidad, pero también los riesgos que conlleva su abuso.
Metodologías, inclusión y tecnologías confluyen en muchas investigaciones publicadas en MLSER. Sea de manera completa o parcial, ponen de relieve su importancia en la educación y, al mismo tiempo, sitúan en un nivel de exigencia alto la formación de los profesionales que se ocupan de la misma.
Cada vez más se comprende la importancia de la formación docente para una educación de calidad. Sin embargo, todavía tenemos muchos desafíos que superar. ¿Cómo cree que la investigación científica puede colaborar para mejorar la formación del profesorado?
Esto depende del nivel educativo desde el que nos situemos. En el ámbito de la educación Primaria y Secundaria, la investigación no es lo más importante, ya que son etapas dedicadas fundamentalmente a la docencia. Por este motivo, los cambios que puedan producirse en la formación del profesorado vendrán en gran medida propiciados por las administraciones y por el propio ejercicio profesional, más que por investigaciones llevadas a cabo desde estos mismos niveles.
Un papel diferente ocupa la investigación propiciada por las universidades, centros de investigación y alumnado estudiante de maestrías y doctorados. En estos casos, las investigaciones centradas en aspectos vinculados con la formación del profesorado podrían propiciar cambios en la misma. No obstante, estos se circunscriben habitualmente a unos contextos reducidos, ya que las mismas no suelen pasar de publicaciones en revistas científicas como MLS o en tesis doctorales de reducido impacto.
No hemos investigado sobre la lectura de las revistas MLS en centros educativos, porque nos resulta una tarea compleja, pero tenemos la percepción de que llegan poco, de que el profesorado de Primaria y Secundaria no tiene costumbre de leer revistas científicas, por lo que el posible impacto de los resultados de las investigaciones queda diluido. En la universidad, por su estructura y necesidad en los estudios, es más habitual que se lean.
El reto en la investigación educativa está en conseguir que sus resultados sean tenidos en cuenta por los agentes educativos y se implementen en la práctica. Si las administraciones educativas no se hacen eco de los principales estudios realizados, será muy difícil que estos lleguen a los centros educativos y a los Centros de Profesorado y, por consiguiente, tener una proyección eficaz en la vida de las aulas.
La revista MLSER es de acceso abierto, lo que facilita el acceso a investigaciones científicas. ¿Cree que las instituciones educativas o las políticas públicas se basan en la producción científica para mejorar la formación docente?
No, ya lo he comentado anteriormente. Es muy reducida la influencia que las producciones científicas ejercen sobre los estamentos institucionales que pueden propiciar el cambio educativo de una manera generalizada. Ni existen los cauces ni los mecanismos para que sean incorporados los principales descubrimientos en la práctica educativa.
Por otro lado, es una falta de tradición en nuestro país, en España. Cuando se elabora una propuesta legislativa en educación, suele contar con diferentes datos estadísticos, indicadores de evaluaciones globales del sistema, a veces realizados por organismos internacionales a modo comparativo, pero no se parte de los hallazgos de la investigación básica o aplicada en nuestro país. Es un camino que está todavía por recorrer.
En el informe “Desafíos de la Formación Docente” (2023), realizado por FUNIBER y las universidades con que colabora, vemos que, en el ámbito profesional, muchos perciben como muy importante los desafíos de adaptación a nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje y la necesidad de comprensión sobre el rol docente en los tiempos actuales. ¿Cómo la producción investigativa podría colaborar en estos desafíos percibidos por los profesionales del sector educativo?
Sí, los retos para el profesorado están claros. La investigación está poniendo sobre la mesa resultados interesantes. Muchos de ellos van dirigidos, como ya he comentado, a las nuevas metodologías docentes, un reto al que los docentes tienen que hacer frente y para el que no se sienten preparados en muchos casos. El nuevo papel de profesor y alumno es hoy en día muy diferente al tradicional, ya que el foco está ahora en crear escenarios de aprendizaje donde el alumnado desarrolle competencias y para ello hacen falta recursos que exceden con creces lo que ofrecen los libros de texto.
Los procedimientos para conseguir un cambio, son diversos. El principal de ellos lo constituyen los cursos tutelados en los que no sólo se trabajan los resultados de la investigación, sino que estos se implementan en la práctica y después se valora su impacto real. Pero ¿existe esto? Desgraciadamente, no. La formación del profesorado pende de muchos hilos, a veces desconectados entre sí y sin garantías de que realmente las innovaciones propuestas lleguen a la realidad de las aulas y de los centros.
La adaptación del rol docente tradicional a otro más dinámico y creativo es igualmente otro desafío al que habrá que hacer frente en los próximos años.
Tradicionalmente, los cursos de posgrado eran pensados para una formación académica. Sin embargo, cada vez más se entiende el valor de la formación investigativa para la actuación profesional. ¿Qué importancia tiene la formación investigativa para los profesores noveles, que inician su carrera profesional y tienen que adaptarse al contexto educativo?
Como he repetido ya varias veces, la investigación alcanza diferentes niveles. Este que se formula en la pregunta es el más básico y el que puede provocar un cambio real de la educación, pero a la vez es el más complicado de conseguir. En primer lugar, por la falta de tiempo del profesorado para investigar, y en segundo, por las dificultades que puede tener, según el centro donde trabaje, implementar los cambios. Sin embargo, es el camino a seguir, sin duda. Un profesorado mentalizado de que hace falta dar un giro en el proceso de aprendizaje y conocer si el mismo ha surtido los efectos deseados, es la consecuencia lógica de una situación que debe darse en una sociedad avanzada donde cada vez más se mira hacia la excelencia y la calidad.
En el marco del Día Mundial del Docente, FUNIBER, a través del área de Acción Social y en conjunto con el área de Formación de Profesorado, ha preparado un contenido especial para analizar los desafíos de la formación docente. Más información.