Los avances en las ciencias del deporte señalan que no basta con «entrenar más», sino que es clave «entrenar mejor». Un nuevo estudio en Scientific Reports analiza cómo distintas claves de enfoque atencional y métodos de aprendizaje motor pueden modificar, en muy poco tiempo, la mecánica de aterrizaje de jugadores de balonmano y, con ello, variables asociadas al riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior (LCA).
El impacto de las estrategias de enfoque y aprendizaje en la mecánica de aterrizaje
La evidencia en prevención de lesiones apunta a dos palancas de cambio complementarias. Por un lado, el enfoque atencional durante la práctica, que puede dirigirse hacia el propio cuerpo, denominado enfoque interno, o hacia un objetivo o referencia externa, llamado enfoque externo. Por otro lado, la forma de organizar el aprendizaje: un enfoque lineal y repetitivo frente a un aprendizaje diferencial, que introduce variabilidad y «ruido» deliberado para favorecer la adaptabilidad.
Según indican estudios previos, el enfoque externo suele promover movimientos más automáticos y eficientes, mientras que el aprendizaje diferencial prepara mejor al deportista para condiciones cambiantes, con beneficios en el control neuromuscular. Integrar ambas perspectivas en tareas de salto y aterrizaje resulta especialmente relevante en deportes como el balonmano, donde los cambios de dirección, los apoyos monopodales y las repeticiones de saltos elevan el riesgo de lesión del LCA.
¿Cómo se realizó el estudio?
El artículo «The effects of different focus cues and motor learning strategies on landing mechanics in male handball players», evaluó a 65 jugadores varones de balonmano con limitación de la dorsiflexión del tobillo. Los participantes se distribuyeron aleatoriamente en cinco grupos: control, enfoque externo con aprendizaje lineal, enfoque interno con aprendizaje lineal, enfoque externo con aprendizaje diferencial y enfoque interno con aprendizaje diferencial.
Tras una evaluación inicial, todos realizaron una única sesión de entrenamiento de 30 minutos con sentadillas a dos piernas, sentadillas a una pierna, step-down unilateral y step-down lateral, según el método asignado. Se midieron ángulos de cadera, rodilla y tobillo, momentos articulares y fuerzas de reacción vertical del suelo en un test de caída con apoyo monopodal previo a la intervención, al finalizarla, a las 24 horas para retención y a las 48 horas para transferencia, elevando la altura de la tarea. El análisis se llevó a cabo con un sistema de captura de movimiento 3D y plataforma de fuerzas.
Resultados relevantes
El grupo con enfoque externo combinado con aprendizaje diferencial mostró las mejoras más claras e inmediatas en variables asociadas al riesgo de lesión del LCA. Tras la sesión, aumentó el ángulo de dorsiflexión del tobillo, disminuyó el valgo de rodilla y se redujo la fuerza de reacción vertical, junto con ajustes favorables en la cinemática de cadera y rodilla respecto a los grupos con aprendizaje lineal o con enfoque interno. En la fase de retención, los efectos se mantuvieron de forma parcial, especialmente en el control del valgo de rodilla, y en la transferencia persistieron ventajas selectivas frente a condiciones lineales con enfoque interno.
Por otro lado, los grupos con enfoque interno tendieron a mostrar respuestas menos consistentes y beneficios más modestos, lo que refuerza la utilidad práctica del enfoque externo para liberar carga cognitiva y favorecer el control motor automático. Estos hallazgos sugieren que el aprendizaje diferencial potencia la adaptabilidad del sistema neuromuscular y que, al combinarlo con enfoque externo, se consigue un «doble efecto» sobre la calidad del movimiento en tareas de alto riesgo. Aunque los cambios más grandes fueron inmediatos, la retención y transferencia a 24 y 48 horas indican que la durabilidad de los efectos podría requerir programas de mayor duración y seguimiento.

Implicaciones finales
La combinación de enfoque externo y aprendizaje diferencial puede incorporarse en sesiones breves para mejorar la mecánica de aterrizaje y modular variables clave de riesgo, sin depender exclusivamente de largos periodos de intervención. Además, priorizar tareas con variabilidad controlada, con referencias externas claras y sin sobrecargar al deportista con instrucciones internas, puede traducirse en un aprendizaje más robusto, adaptable y funcional en contexto competitivo. No obstante, se necesitan estudios de largo plazo y con diferentes deportes para confirmar y ampliar el alcance de estos resultados.
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