Aunque existan lugares con más probabilidad de sufrir desastres naturales, la verdad es que ningún país está libre de vivirlos. Y cuanto mayor la pobreza, mayores serán los efectos trágicos en la zona afectada como es el caso de Haití, que tras un sismo de 7 grados en la escala Richter, tuvo un total de 316 mil muertos. En comparación, en Chile, un sismo 31 veces mayor, de escala 8,8, dejó un número mucho menor: 700 muertos.
La diferencia radica en la falta de recursos, apunta el informe “La Geografía de la pobreza, los desastres naturales y el clima extremo en el 2030”, realizado por el instituto Overseas and Development Institute – ODI, en Londres. De acuerdo con el estudio, existe la posibilidad de que 325 millones de personas en pobreza extrema vivan en algunos de los 50 países más vulnerables a los desastres naturales hasta el año 2030.
Según la investigadora del instituto, Amanda Lenhardt, “es posible tener una idea, desde investigaciones científicas y con la experiencia, de cuál será la distribución geográfica de las tragedias ambientales”. El estudio apunta una superioridad en países en el sur de Asia y en La África subsaariana.
El informe es una advertencia a la comunidad internacional que debe reunir esfuerzos para inversiones en prevención, fortalecimiento de las infraestructuras, control urbano y de conservación ambiental para evitar mayores daños en las zonas indicadas.
Como objetivo del milenio, erradicar la pobreza podrá representar también la salvación de millares de vidas.
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Foto: Algunos derechos reservados por Marcello Casal Jr/ABr – Agência Brasil