De acuerdo al informe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, en inglés), vinculado a la ONU, en menos de diez años el mundo tendrá más de 1000 millones de personas mayores. Para el 2050, la previsión es que el 20% de la población mundial tendrá más de 60 años, superando la población infantil y de jóvenes hasta 15 años.
Los datos representan el incremento de la expectativa de vida, algo muy positivo, pero que también ofrece desafíos para la sociedad. En este contexto, es fundamental contar con profesionales bien preparados para el cuidado de personas mayores. Según la profesora del Máster en Gerontología de FUNIBER, Lidia Henriques Rego, “cada vez más las instituciones exigen el mejor de los profesionales y buscan cumplir estándares de calidad nacionales e internacionales. La diferenciación de capacidades es obligatoria frente las demandas y solamente una formación especializada puede ofrecer eso”, opina.
Con formación en Psicología Clínica, en el área de Salud, y Máster en Atenciones Paliativas, la profesora de FUNIBER actualmente está cursando Doctorado en Educación y defiende la importancia de la formación continuada para lograr las capacidades necesarias para la atención a personas mayores. “Estos conocimientos son los que permitirán una buena actuación como profesionales y gestores de servicios en el área de prestación de servicios domiciliarios a personas de edad avanzada, o atención en residencias y clínicas geriátricas”, afirma.
Envejecer bien
Entre los problemas vividos por las personas mayores, además de las enfermedades de envejecimiento y de la discriminación social, está la cuestión del luto. Especialista en el tema del luto, Henriques Riego resalta los impactos de la experiencia en la vida de los más viejos: “La experiencia de los ancianos en el luto, especialmente en su viudez después de alguna enfermedad crónica, es una de las mayores crisis de la tercera edad, afectando todo el bienestar de la persona”, explica. La experiencia puede desencadenar otros problemas de salud y psicológicos, provocando incluso la muerte precoz.
Es importante conseguir que el luto sea bien elaborado, permitiendo al mismo tiempo que se mantengan vivos los sentimientos con relación al fallecido, pero que se abra también la posibilidad de nuevas transformaciones en la vida de la persona mayor.
La Humanitud para la tercera edad
De igual forma que el desarrollo farmacológico y tecnológico ayudan en el tratamiento y cuidado de los más viejos, el factor humano es fundamental para lograr buenos resultados entre la persona mayor y su cuidador responsable. Una experiencia reciente, conocida como Humanitud, ofrece intervenciones positivas para el cuidado de los mayores.
De acuerdo a la profesora de FUNIBER, “la relación humana tiene un poder aún muy poco explorado en el bienestar de la persona mayor, y sería muy importante aplicar la atención humanizada en la rehabilitación y hasta para la cura de muchos de ellos. La Humanitud se presenta como una posibilidad interesante en este sentido por permitir un abordaje con más proximidad y respeto”, destaca.
La metodología es una novedad que pretende llegar a todas las instituciones y equipos de atención. El camino será formar cada vez más y mejor a quien los asiste para que desarrollen estas competencias.
En entrevista a FUNIBER, Lidia explica más sobre la Humanitud, como puede ser aplicada y cuáles son los desafíos para este nuevo abordaje en el cuidado a la tercera edad. Vea en: