El libro “La innovación y el empresariado innovador”, escrito en 1985 por el “maestro de la gestión”, Peter Ferdinand Drucker, es una de las primeras publicaciones que relaciona innovación y espíritu emprendedor a los casos prácticos, que muestra la importancia de la innovación para los negocios.
Según el autor, la innovación es una práctica disciplinada, aprendida y que requiere de organización y planificación. “Emprendedores de éxito no esperan hasta que reciban el ‘beso de la musa’ y que ésta les dé la ‘idea brillante’. Ellos se ponen a trabajar”, escribió Drucker.
André Rezende, colaborador de Endeavor Brasil, una organización que promueve la cultura del espíritu emprendedor, señaló en un artículo escrito para el sitio web Exame siete fuentes de oportunidad innovadora que se deben buscar para lograr una innovación de éxito:
1. Lo inesperado – El fracaso inesperado de la empresa o, de preferencia, del competidor, es un motivador para la búsqueda de una oportunidad inusitada y valerosa.
2. Lo incongruente – Muchas veces, un sector que ya existe no cumple con todas las demandas que debería, dejando huecos que pueden ser ocupados por nuevos negocios.
3. La necesidad de proceso – Ahorrar, reducir los tiempos, aumentar la productividad… Son todas oportunidades para innovaciones pequeñas y grandes que puedan satisfacer las necesidades de los clientes y proveedores.
4. Cambios en la estructura – Sea en la industria o en el mercado, las demandas de los sectores varían a lo largo del tiempo y las circunstancias. Cada nueva lógica que se instaura representa nuevas posibilidades.
5. Cambios demográficos o de población – Por ejemplo, el envejecimiento de la población, el crecimiento de la clase media, la inseguridad y la movilidad urbana, además de la nueva configuración de la familia, son cambios sociales que representan nuevas oportunidades de negocios.
6. Cambios en la percepción, la disposición y el significado – La cultura también ofrece una variedad de opciones ya que las modas y las tendencias influyen en los valores y estatus. Por ejemplo, una alimentación ecológica o el hábito de frecuentar spas.
7. Nuevo conocimiento– Sea o no una información científica, el conocimiento y la búsqueda de informaciones son importantes para controlar el proceso de innovación: desde el hallazgo de una idea, la implementación hasta la práctica administrativa. Cuando se trata de innovar, el conocimiento y la información son herramientas muy útiles.
Como señala Rezende, “Lo que es relevante es la noción de que el proceso de innovación se puede sistematizar, y el primer paso para ello es identificar dónde se debe buscar la oportunidad de innovación”.
Fuentes: http://fnbr.es/oq
http://fnbr.es/or
Foto: algunos derechos reservados por Giorgio Montersino/Flickr