Un estudio publicado en la revista ´Archives of Disease in Childhood´, ha identificado que muchos alimentos para bebés comercializados en Inglaterra contienen cantidades de azucar o sal que son poco recomendables para niños menores a un año. En este estudio se analizaron 479 productos para bebés, y se identificó que los productos ofrecidos «no solo no cubren las necesidades nutricionales de los pequeños sino que, aunque están dentro de los márgenes permitidos por la directiva europea, tienen más azúcar y sal de lo deseable», indica el estudio.
Adicionalmente se reveló que al menos un 44% de estos alimentos procesados se promociona para alimentar a niños desde los cuatro meses de edad, pero las recomendaciones de la OMS indican que los bebés deben ingerir exclusivamente leche materna hasta los seis meses de edad. José Manuel Moreno, pediatra del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, opina que en el caso de niños alimentados con leche de fórmula «quizás convenga adelantar un poco -la ingesta de nuevos alimentos-, pero no mucho», señaló el experto.
Para este estudio se analizaron 479 productos de cuatro grandes fabricantes del país Cow – Gate, Heinz, Boots y Hipp Organic, además de incluir a dos fabricantes especializados en alimentación infantil: Ella´s Kitchen y Organix. Los investigadores obtuvieron los datos nutricionales a partir de los datos proporcionados en las etiquetas y la información publicada en las páginas web de los fabricantes.
Moreno destaca que en el Reino Unido se hace mayor uso de alimentos procesados, en comparación con España, donde se consumen más alimentos hechos en casa.
El estudio revela que el 65% de los productos son dulces, y por tanto tienen un alto contenido de azúcar. Moreno destaca que no pasa nada con hacer uso de estos productos, «pero no de forma rutinaria, ya que el exceso de azúcar son calorías extra y eso contribuye a la obesidad del niño en el futuro», resalta el especialista. La recomendación de Moreno para mantener una alimentación saludable del bebé es «elegir los mejores productos, aprovechando los de temporada y cocinarlos en casa, sin aditivos ni conservantes».
El catedrático indica que resulta recomendable reducir el consumo de sal, para mejorar la salud cardiovascular del individuo a lo largo de su vida. tanto el azúcar como la sal no plantean un riesgo para la salud del niño, pero pueden crear hábitos que afectarían su salud a largo plazo.
Moreno concluye que este estudio constituye una llamada de atención para que los padres no sustenten la alimentación de los niños en productos procesados, y por otro lado servirá para que las empresas mejoren sus productos.
Fuente:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/09/09/nutricion/1378750216.html
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