Dos estudios recientes muestran la efectividad del uso de probióticos y productos derivados de tomates genéticamente modificados para combatir el colesterol. El primer estudio, financiado por la compañía canadiense de probióticos Micropharma, indica que una variedad de la bacteria Lactobacillus reuteri permitiría controlar el colesterol alto. Un segundo estudio se concentró en un tomate modificado genéticamente que al comerse produce un péptido (un tipo de proteína) que imita el efecto del colesterol «bueno» HDL.

El primer estudio identifica que la bacteria L. reuteri NCIMB 30242, comercializada bajo el nombre de Cardioviva, puede ayudar a romper sales biliares, favoreciendo una menor absorción del colesterol. El estudio involucró a 127 personas con colesterol alto, que consumieron durante nueve semanas, dos veces al día, logrando una caída en promedio en un 11.6 por ciento del colesterol «malo» o LDL, y una reducción del 9.1 por ciento en el total del colesterol, en comparación con los que tomaron un placebo.

Otro estudio, realizado con ratones, demostró que es posible reducir el colesterol en los roedores utilizando tomates genéticamente modificados, pero todavía falta investigar si es aplicable esta técnica en humanos. Dr. Alan Fogelman, presidente del departamento de medicina de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA en Los Ángeles, indica que los ratones, que consumieron polvo de tomate genéticamente modificado, lograron niveles más altos de colesterol bueno y menores señales de endurecimiento de las arterias ( placas ateroscleróticas ). Pero es necesario hacer más estudios sobre el tema.

Otros especialistas recomiendan una dieta rica en fruta y verdura, con muchos cereales y baja en grasa para disminuir los casos de enfermedad cardiaca.