Un reciente estudio muestra una relación entre la exposición al mercurio en madres embarazadas y la presencia del transtorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en sus hijos a la edad de ocho años. Sin embargo el estudio presenta muchos vacíos y se requieren más investigaciones para determinar con certeza si existe una relación causal entre la exposición al mercurio y el TDAH en menores. Especialistas que observaron el estudio indicaron que la investigación no prueba que el mercurio tenga una relación directa con los problemas de conducta, porque el estudio solo tuvo en cuenta los síntomas vinculados al TDAH y no los diagnósticos. Por otro lado, el estudio arrojó conclusiones que resultan contradictorias, pues por un lado se identificó que el consumo de pescado estaba relacionado con la ausencia de síntomas de TDAH , cuando por otro lado se afirma que las personas consumen mercurio al comer pescado.

En este estudio se midieron los niveles de mercurio de las madres de los niños que participaron en el estudio, o se realizaron preguntas relacionadas a su consumo de pescado en el embarazo. Se identificó que los hijos de madres que tuvieron niveles más altos de mercurio antes del nacimiento presentaban una tendencia a presentar problemas conductuales (un incremento de entre 40 y 70 por ciento de probabilidades). Se debe considerar que el pescado se reconoce como un importante agente que sirve de vehículo para el mercurio, pero los hijos de madres que comían más de dos porciones de pescado por semana mostraron más probabilidades de no presentar señales de síntomas de TDAH.

La Dra. Susan Korrick, coautora del estudio y profesora asistente de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y del Hospital Brigham and Women’s, en Boston, recomendó a las mujeres embarazadas evitar el consumo de pez espada, el atún fresco y ciertos tipos de blanquillo) porque contienen más mercurio. A esta recomendación el Dr. Bruce Lanphear añade que otras sustancias como el plomo, el tabaco y los pesticidas parecen afectar la corteza prefontal, modificando la conducta de las personas.

Este estudio no prueba que el mercurio cause TDAH en niños, pero plantea un primer acercamiento al tema que podría ser analizado en estudios posteriores.