Una investigación reciente realizada en conjunto por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de  la Alimentación (SEDCA) y la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia ha demostrado que la ingesta moderada de cerveza sin alcohol ayuda a disminuir el daño oxidativo y aumenta la defensa antioxidante del organismo en personas ancianas. El estudio indica que además se logró identificar una reducción en los niveles de  Lipoproteina de Baja Densidad (LDL) oxidada (8%) y en los niveles de colesterol total, siendo estos algunos de los principales factores de riesgo de padecer enfermedad cardiovascular (ECV).

Se observó también que el lúpulo fue de ayuda para disminuir los niveles de proteína C reactiva (reducción del 31%), un descubrimiento importante, considerando que muchos investigadores consideran que la proteína C reactiva está directamente relacionada con el riesgo de ECV; sin embargo no se ha determinado con certeza si un incremento de los niveles de proteína C reactiva indican que se padece de una ECV o si realmente juega un papel en la causa de ECV.

Participaron en este estudio monjas de clausura de edad avanzada de tres conventos distintos de la provincia de León. Se seleccionó a las religiosas porque mantienen un estilo de vida bastante ordenado y podía regularse el consumo de cerveza en sus casas de retiro. De acuerdo a la información proporciodana por los investigadores a las religiosas se les suministró cerveza sin alcohol por su edad avanzada y porque consumían algunos medicamentos.

La Dra Victoria Valls, coautora del estudio, señaló que: “Tras la ingesta moderada de cerveza sin alcohol por parte de las monjas de clausura  participantes en el estudio, se observó que algunos de los marcadores relacionados con los factores de riesgo cardiovascular se vieron favorecidos”.

Los investigadores destacas otras sustancias que actúan como antioxidantes, como determinados carbohidratos que actúan como azúcares reductores y ejercen una actividad antioxidante, al menos desde un punto de vista químico. También contiene vitaminas del grupo B y ácido fólico que proceden de la malta y cuya concentración suele
aumentar durante la germinación de la cebada.

Fuente:
http://www.nutricion.org/prensa/PDF/NP%20estudio%20lupulo.pdf