Los niños prematuros frecuentemente padecen de apnea recurrente, esta es una enfermedad que aparece sobre todo entre infantes de muy baja edad gestacional. Como consecuencia de la apnea se pueden presentar episodios de pérdida de la ventilación efectiva, derivando al poco tiempo una reducción de los niveles de oxígeno en la sangre (hipoxemia) o en el descenso de la frecuencia cardíaca (bradicardia), esta última podría incluso llegar a ser muy severa y requerir maniobras de resucitación para ayudar al paciente.
Para estimular la ventilación de los pacientes usualmente se utilizaba cafeína o teofilina con la finalidad de prevenir la apnea y sus consecuencias. Para evaluar la efectividad de las sustancias utilizadas para prevenir la apnea, un equipo de investigadores de la universidad de Sydney, bajo la dirección del Dr. David Jhenderson-smart, analizaron los beneficios obtenidos al utilizar estos alcaloides.
Los investigadores recopilaron información a partir de cinco ensayos en los que se registró la evolución de 108 pacientes. No se encontraron diferencias en las tasas de efectividad entre los grupos que fueron sometidos a tratamientos con una duración de entre uno y tres días, ni en los grupos de pacientes que recibieron tratamientos de cinco a siete días. Los efectos adversos registrados, como taquicardias o intolerancia a alimentos, en algunos casos obligaron a modificar las dosis, pero se identificó que la incidencia de efectos adversos era menor en los casos que utilizaban cafeína.
Se demostró que la teofilina está asociada a mayores niveles de toxicidad en los tratamientos para reducir la incidencia de apnea en niños prematuros. Los investigadores indicaron que aún se requieren más estudios para determinar si resulta seguro utilizar mayores dosis de cafeína en tratamientos de niños extremadamente prematuros.