Actualmente se cuentan con métodos efectivos para prevenir la transmisión del virus VIH durante el parto, sin embargo, una gran cantidad de niños son infectados con el virus del VIH en el período post-natal a través de la leche materna y se hace necesario desarrollar estrategias para alimentar a los infantes reduciendo el riesgo de contagio. Desafortunadamente al abordar estrategias de alimentación con leche de fórmula se identificó también que este método implicaba no pocos riesgos porque, si bien reducía los índices de contagio por VIH, aumentaba considerablemente la morbilidad de los bebés en el mediano plazo.
Los estudios analizados indican que la alimentación con leche de fórmula consigue prevenir la transmisión vertical del VIH. Se identificó que en un período de 24 meses los bebés que recibieron lactancia natural tuvieron tasas de contagio de 36,7%, mientras que los que recibieron leche de fórmula tuvieron una tasa de contagio mucho menor, alcanzando el 20,5% de los pacientes. Si bien se logró reducir el contagio de VIH ambos grupos tuvieron un número similar de muertes al cabo de 24 meses. La tasa de muertes por diarreas resultó alta, siendo necesario incrementar los cuidados de bebés que recibieron leche de fórmula.
Entre los niños que recibieron latancia natural y sólidos, se identificó un incremento en el riesgo de contagio de madre a hijo. Además se pudo determinar que se incrementaba el riesgo de contagio entre los niños cuyas madres recibieron suplementación con vitamina A, aunque no se reportaron los efectos de otras vitaminas.
Otros ensayos identificaron que los tratamientos de profilaxis con zidovudina no resultaron tan efectivos como el uso de leche de fórmula para prevenir la transmisión vertical de VIH. En otra experiencia con el uso de nevirapina se logró un menor riesgo de transmisión de VIH a las seis semanas de vida, pero no en los controles a los seis meses. Se logró mejores tasas de sobrevida libre de VIH en los dos grupos de profilaxis extendida a los nueve meses y a los quince meses se tuvieron mejores tasas de sobrevida en el grupo de profilaxis extendida con nevirapina.