pic-by-neil-palmerPhilips Jones, economista agrícola de la Universidad de Reading, asegura que utilizando la agricultura orgánica se podría producir suficientes alimentos para alimentar a todas las personas en el planeta, pero para lograr un efectivo cambio de la agricultura industrial hacia la agricultura orgánica se necesita que las personas cambien su dieta habitual, disminuyan el consumo de carnes e incrementen el uso de frutas y verduras para preparar sus platos habituales.

Pero un cambio hacia cultivos orgánicos requiere, sobre todo, del apoyo de la población, resulta necesario que el consumidor tome conciencia del impacto que tiene la producción de alimentos orgánicos para el planeta y los beneficios que puede reportar a las áreas rurales para que un cambio hacia ese tipo de cultivos sea viable, porque en la etapa inicial de la transición los costo de los alimentos orgánicos podría ser un poco más elevado que el de los alimentos industrializados.

Beneficios
Jones asegura que el cambio hacia un modelo de agricultura orgánica reportaría beneficios tanto para el medioambiente como para los pobladores de zonas rurales. El especialista indica que entre cinco y siete millones de hectáreas de tierras agrícolas se han perdido en el mundo debido a la erosión y degradación de la tierra, mientras que los cultivos industriales han perdido gran parte de su materia orgánica, la cual se encarga de funciones como retener los nutrientes, el agua y el dióxido de carbono. Por el contrario, de acuerdo a la FAO, las tierras utilizadas para cultivos agrícolas  poseen hasta 40% más materia orgánica y entre el 30% y 100% más de actividad microbiana que los campos de cultivos convencionales.

De acuerdo al especialista optar por un esquema de cultivo orgánico incrementa entre un 30 a 70% el uso de personal. Este aspecto, considera Jones, podría ser tomado como un aspecto negativo porque podría traducirse en el incremento de precios de los alimentos. Desde otro punto de vista, cabría evaluar si esta modalidad de cultivo permite reducir la migración de las poblaciones rurales hacia las ciudades.

El agua, aire y suelo serían menos contaminados, sobre todo las aguas subterráneas estarían libres de fertilizantes y plaguicidas artificiales que son utilizados actualmente en forma intensiva por la agricultura convencional. Es necesario por otra parte, que los consumidores tomen conciencia acerca de los daños ocasionados por los químicos que se vierten en el medioambiente en los procesos de producción y que en realidad los consumidores no perciben “el coste de los daños causados por la agricultura convencional” porque este costo no se aplica directamente a los alimentos, sino que se percibe en forma indirecta.

Desventajas
Desde luego no todo sería para bien, el cambio implica un proceso de adaptación que requeriría una fina planificación que permita a la sociedad soportar el proceso de cambio. Para los consumidores la principal desventaja sería afrontar un incremento de precios de los alimentos, pero este es un factor que resultaría pasajero en la medida que se incremente la producción de aliementos orgánicos. Además la investigación de Jones demuestra que es posible mantener una dieta equilibrada, pero no sin antes lograr un cambio en los hábitos alimenticios de la población, y es este quizás el punto más difícil de lograr en el nuevo esquema planteado por el especialista.

Jones reconoce que un cambio total hacia una agricultura orgánica derivaría en pérdidas en el rendimiento de cultivos en Europa, Australia y Norteamérica. Por esta razón tal vez una estrategia para un cambio progresivo en el sistema agrícola resulte la mejor opción.

Necesidad de cambio
El especialista indica que una encuesta realizada por la Universidad de Reading entre agricultores de la Unión Europea permitió identificar que para los hombres de campo resulta más importante que los consumidores entiendan las ventajas que ofrecen los productos orgánicos y que estén dispuestos a pagar un poco más que por los productos tradicionales.

El problema radica en que la población urbana está desconectada de la agricultura y no comprenden, ni valoran la producción de alimentos orgánicos, razón por la que sería necesario desarrollar campañas entre los ciudadanos para generar una actitud favorable hacia los productos orgánicos.

Fuente:
http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/urbano/2010/02/13/191121.php