Durante la reunión del 21 de octubre en la Royal Society of the Arts en Australia, se dió a conocer un documento que indica que podríamos haber cruzado el punto de no retorno para poder detener el calentamiento global. El documento indica que las emisiones causantes del efecto invernadero han crecido más rápido que lo que se predijo en 1990, y en los próximos años, si es que no ha ocurrido ya, se introduciría en el sistema aún más calor, que podría llevarnos a un punto en el que se daría un salto climático abrupto imposible de detener.
La tasa acelerada a la que se derrite el hielo del mar ártico ha alarmado a los científicos que lo estudian, y muchos creen que el hielo que permanece en la superficie durante los veranos desaparecería en una década o dos. Mark Serreze, director del Centro de Datos de hielo y nieve de Estados Unidos, ha declarado que el hielo reflejaba la luz del sol, pero una vez que desaparezca el hielo, las aguas absorverán más radiación en un proceso en cascada que llevará a más calentamiento, derritiendo el permafrost de Siberia y desestabilizando la capa de hielo de Groelandia.
Respecto al cambio en el hielo del Artico, el científico del clima de la NASA Jay Zwally dijo que “el Ártico es citado siempre como el canario en una mina de carbón en referencia al calentamiento del clima. Ahora, como signo del calentamiento climático, el canario ha muerto, es hora de salir de la mina de carbón”.
En la década de los 80 y 90 las emisiones de CO2 se han incrementado. En el 2005 China era responsable del 18% de las emisiones de efecto invernadero del mundo y se estima que para el 2030 será responsable del 30% de las emisiones globales.
Dejando de lado al CO2, el Metano y el Oxido Nitroso son dos de los principales gases que contribuyen al efecto de invernadero. En el 2000 estos gases representaban el 23% de las emisiones de gas que causaban el calentamiento global. El Metano es producto de la crianza de ganado y el cultivo de arroz, y el óxido nitroso se produce a partir del uso de fertilizantes. El incremento de producción de estos gases viene acompañado por las mejoras económicas en países como china, donde se incrementa la demanda por carne. Será difícil reducir las emisiones de estos gases, teniendo en cuenta que están asociados a la producción de alimentos y esta industria muestra una tendencia creciente.
Si en el año 2015 establecemos reducciones en las emisiones del 4% y en las emisiones industriales en 6.5%, tendremos una concentración de 450 ppm de Co2 y un calentamiento de 2 grados centrígrados. Si recién en el 2020 alcanzamos una tasa de reducción general de emisiones del 6% e industrial del 9%, tendríamos una concentración de 550 ppm y un calentamiento de 3 grados centígrados, y en el peor escenario, si solo alcanzamos en el 2020 una tasa de reducción de emisiones del 3% y reducción de las tasas de polución industriales en solo 3.5%, alcanzaríamos concentraciones de CO2 de 650ppm y desencadenaría un calentamiento de 4 grados centígrados. Pero se debe considerar que es urgente resolver este problema porque «estamos cerca del punto de no retorno».
El documento resalta que manejamos conceptos errados que nos lleva a pensar que podemos estabilizar el clima de la tierra, y de la misma forma consideramos que podemos adaptarnos al cambio climático, pero en lugar de una suave transición hacia un clima más hostil, tendremos que vivir en un continuo proceso de adaptación. Pero si llegamos a niveles de calentamiento por encima de los 3 o 4 grados se incrementarían considerablemente las probabilidades de enfrentar cambios abruptos. Una sequía prolongada podría acabar con la provisión de alimentos de una región, una ola de calor por encima de los 40 grados puede matar a miles de personas y desde luego en países pobres los efectos serán devastadores. El documento resalta que «Estamos descubriendo que los humanos no podemos regular el clima, el clima nos regula a nosotros»
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