(Boletín Funiber 06 – 2009) La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cree que el nivel de deforestación en Latinoamérica es preocupante; además considera poco probable que el ritmo deplantación sea suficiente para contrarrestar la deforestación de los bosques en esta parte del continente. En el informe presentando por la FAO, «Situación de los bosques en el mundo 2009», se menciona que los bosques y la actividad forestal en América Latina y el Caribe se verán influido por el ritmo de la diversificación económica y los cambios en la dependencia de la tierra.
Asimismo, la organización de las Naciones Unidas cree que en Sudamérica no se desacelerara el ritmo de la deforestación en un futuro cercano, ya que el alza de los precios de los alimentos y combustibles hará que se talen arboles para dedicar la tierra a la agricultura y ganadería. Sin embargo, el panorama será diferente para la zona de América Central y el Caribe, donde la densidad de población es elevada y la urbanización ocasionara el abandono de la agricultura y por ende la deforestación disminuirá.
Un dato que no se puede dejar de mencionar es que la región de Latinoamérica perdió 47 millones de hectáreas de bosques entre los años 1990 y 2000. Las causas principales de la deforestación es la conversión de los bosques naturales para usos agrícolas y habitaciones, la extracción de la madera, la utilización de leña como fuente de energía y los incendios forestales.
Para el especialista Gilberto Domínguez, director del departamento de Manejo Forestal de la Universidad Agraria La Molina, en el Perú los motivos principales de la deforestación son la agricultura migratoria y el cultivo de la hoja de coca. La agricultura migratoria es provocada por los pobladores, quienes aprovechan la baja calidad del suelo por corto tiempo, luego de ello abandonan estas tierras y la deforestación continua su curso. Sumado a este problema hay una falta de conocimiento técnico para desarrollar la agricultura. Respecto al cultivo de la hoja de coca, se debe considerar que muchos pobladores hacen de esta actividad algo ilícito, lo que obliga al Estado y a las fuerzas del orden a luchar contra este problema.
Es importante rescatar que todo los tipos de bosques proveen a los pueblos bienes y servicios esenciales, sociales, económicos, y ambientales, además de contribuir a la seguridad alimentaria, agua y aire limpios y protección del suelo.