(Boletín Funiber 02 – 2009) El resultado del proyecto en In Salah, Argelia, de captura yalmacenamiento de CO2, es equiparable al que se conseguiría si seretiraran de la circulación unos 200.000 automóviles que recorren30.000 kilómetros cada año. La instalación para capturar y reinyectarel dióxido de carbono a dos mil metros bajo tierra requirió unainversión de 100 millones de dólares.
Capturando CO2
La captura y almacenamiento del CO2 es un procedimiento que desarrollan petroleras y empresas de gas desde hace aproximadamente una década. Actualmente se han gestado proyectos tanto en EEUU como en el Reino Unido para hacer dicha captura en las centrales electricas durante la generación de energía. Este constituye un gran paso hacia la emisión de menor cantidad de CO2 a la atmósfera.
Las petroleras conocen desde hace bastante tiempo la técnica de inyección de CO2 dado que utilizan esta técnica para mejorar la extracción de petróleo de los yacimientos, y aunque su objetivo directo no es mejorar los efectos a la atmósfera, al final se cumple este objetivo indirectamente. El mecanismo de captura del CO2 es uno de los tres mecanismos que aprobó el protocolo de Kyoto para reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero. A pesar de que todavía la experiencia adquirida es aún limitada, sigue siendo una interesante posibilidad a explorar en la lucha por el cambio climático.
La esencia del procedimiento antes mencionado es captar el CO2 generado por el uso de combustibles fósiles, y después almacenarlo para aislarlo de la atmósfera. El almacenamiento se hace en el suelo, en minas o en antiguos depósitos de petróleo o gas.
El procedimiento de captura del CO2 que emite, por ejemplo, una central eléctrica sería susceptible de ser almacenado y con ello reducir la emisión a la atmósfera. Sin embargo, aún se presentan cuestionamientos sobre el impacto ecológico de la inyección de CO2 en el subsuelo o en el océano a profundidad; y también, si el CO2 almacenado puede escaparse a la atmósfera de nuevo, y, de ser el caso, cuál sería el tiempo aproximado.
Los precedentes
Hasta el 2007, ninguna planta eléctrica del mundo realizaba la captura y almacenamiento completo del CO2 emitido al generar la electricidad, se desarrollaron entonces dos proyectos con el objetivo de capturar y almacenar completamente el CO2 emitido al generar la electricidad. Uno de ellos es el FUTUREGEN, apoyado por el gobierno de EEUU, y otro lo lleva a cabo BP en Escocia para una central de 350MW. En este último proyecto, una la central alimentada por gas natural, se capturaría y almacenaría el CO2 en una mina, sin embargo está en duda la continuidad de esta iniciativa.
El proyecto más antiguo de todos, desde el año 1996, se desarrolla inyectando CO2 en el campo de petróleo de Sleipner, en las aguas del Mar del Norte en Noruega, a un ritmo de un millón de toneladas métricas de CO2 por año. El otro proyecto es el depósito de extracción de petróleo de Weiburn en el año 2000 en Canadá, que inyecta 1.5 millones de toneladas de CO2 al año. Finalmente, el tercer proyecto es en Salah, en Argelia, en el cual se previo inyectar 1.2 millones de toneladas de CO2 al año y cuyo impacto ambiental es equiparable al que se conseguiría si se retiraran de la circulación unos 200.000 automóviles que recorren 30.000 kilómetros al año.
In Salah Gas rinde frutos
El proyecto correspondiente a la región argelina de In Salah es el primer proyecto a gran escala de Captura y Almacenamiento de CO2 (CCS, por sus siglas en inglés) en un yacimiento de gas donde se alza un enorme campo de explotación de gas natural convertido en un gran laboratorio para mitigar el efecto invernadero del planeta.
El experimento argelino es desarrollado gracias al aporte en investigación y desarrollo de las compañías Sonatrach (Argelia), BP (Reino Unido) y Statoil (Noruega). Si bien el proyecto, de 30 años, se encuentra aún en una fase de verificación y control, ya se le puede considerar como todo un éxito, según palabras de Mohammed Keddam, vicepresidente de In Salah Gas, dirigidas a un grupo de periodistas invitados a visitar la instalación.
Mientras la Unión Europea (UE) estudia los posibles riesgos que esta tecnología podría implicar; el proyecto de In Salah Gas involucra el trabajo de unas 2.000 personas a 1.700 kilómetros al sur de Argel, aisladas y protegidas con severas medidas de seguridad en el desértico paisaje. El proyecto se ubica a 170 kilómetros de la aldea más cercana y con altas temeperaturas del orden de los 50 grados centígrados, horarios de doce horas seguidas todos los días, sin fin de semana, durante cuatro semanas, a las que le siguen otras cuatro semanas libres.
El presidente de In Salah Gas, Michal Mossmann manifestó que es «posible y económicamente aceptable» romper la cadena entre el uso de combustibles fósiles y el dióxido de carbono (CO2)». Est proyecto surgió porque la UE exigía que el gas natural importado no contenga más de un 0.3% de dióxido de carbono, pero el gas de la reserva de In Salah contenía una media del 7% de CO2, y se decidió emprender el novedoso proyecto. «La otra opción hubiese sido liberar a la atmósfera el excedente de CO2 o no venderlo a Europa, pero decidimos capturarlo y almacenarlo bajo tierra», dijo Keddam.
Fuente:
http://www.medioambienteencanarias.com/index.php?option=com_content&task=view&id=248&Itemid=52
http://www.seed.slb.com/es/scictr/watch/climate_change/sleipner.htm