(Boletín Funiber 07 – 2009) Los científicos alrededor del mundo están de acuerdo en que los cambios climáticos que todos estamos experimentando mundialmente son reales y son el resultado de la actividad humana. El cambio climático es una amenaza para las personas en todo el mundo y para la biodiversidad. Sin embargo, es necesario mencionar la responsabilidad de la agricultura en el cambio climático: cerca de un tercio del calentamiento de la atmósfera y el cambio climático obedece a la agricultura. Esta actividad productiva es responsable de dos de los principales gases que producen el efecto invernadero, el óxido nitroso y el metano.

Se conoce que alrededor del 25% del principal gas que produce el efecto de invernadero, el dióxido de carbono, proviene de la agricultura, sobre todo de la deforestación y la quema de biomasa. El ganado, los incendios forestales, el cultivo de arroz en los humedales y los productos de desecho provocan la mayor parte del metano que hay en la atmósfera, y cabe resaltar que el metano es 20 veces más potente que el CO2 cuando se trata de retardar la emisión de calor de la tierra hacia el espacio. Por otro lado, la labranza convencional y la utilización de fertilizantes generan el 70% de los óxidos nitrosos.

La agricultura, al formar parte del problema del cambio climático, debe contribuir a solucionar este problema ecológico. Por esta razón la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) divulga información y colabora con científicos de todo el mundo, especialmente con los que trabajan en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Esto ayuda a la comunidad científica a hacer previsiones de largo plazo sobre los efectos del calentamiento del planeta, y permite introducir recomendaciones.

En el último informe de la FAO a la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), se propone a la organización, la elaboración de un programa integrado sobre el cambio climático que permita desempeñar una labor más activa en las negociaciones internacionales, publicar sus conocimientos de los sectores críticos pertinentes a la moderación del cambio climático, y dar apoyo a las medidas generales encaminadas a hacer más flexible a la agricultura ante la variación del clima.

Por su parte, en la Facultad de Agronomía de la UBA (Universidad de Buenos Aires) identificaron las variables meteorológicas que impactan sobre los calendarios agrícolas y los rendimientos para reducir la probabilidad de sufrir heladas o granizos. Un paso inédito de prevención con un alto impacto en la planificación de las siembras.

Pronosticar el comportamiento del clima en vez de guiarse por generalizaciones, es lo que llevó al grupo de la cátedra de Climatología y Fenología de la Facultad de Agronomía a realizar esta investigación que ahora se considera como una herramienta clave dentro de los calendarios agrícolas. La estimación anticipada de la producción de granos constituye una herramienta de vital importancia para todos los sectores de la economía de un país.

El cambio climático afecta los ciclos agrícolas y reduce tanto las extensiones de tierra de las que disponen los pueblos originarios de Latinoamérica, así como también se reducen las fuentes de agua.

En la última Cumbre Latinoamericana sobre el Cambio Climático , llevada a cabo en Lima, se reunieron representantes indígenas de la región, y se pudo observar la preocupación de los grupos indígenas respecto al cambio climático y sus consecuencias sobre el medio ambiente, y sobre todo el impacto de este fenómeno en la actividad agrícola.

Para Carlos Mamani, miembro del Foro Permanente para Asuntos Indígenas de la ONU, antes se tenían conocimientos establecidos sobre el ciclo agrícola, sin embargo ahora es difícil trabajar en base a estos ciclos por la variabilidad del tiempo.