(Boletín Funiber 02 – 2009) En Tokio se firmó una declaración conjunta, a cargo de los respectivos ministros de Transporte del G8, en la que se pide ayuda para que lasnaciones en desarrollo reduzcan las emisiones de gases de efectosinvernadero. Si los gobiernos continúan con las políticas vigentes, las emisiones de CO2 aumentarían en un 130% y la demanda de petróleo en un 70% hasta el 2050. La reunión cuyo objetivo era reflexionar en torno a las políticas de eficiencia energética y desarrollo tecnológico duró tres días y se llevó a cabo en Tokio y asistieron los representantes del G8 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Rusia), Australia, Corea del Sur, India y de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático ASEAN).
Sin embargo, China decidió no asistir a pesar de que había confirmado su participación. Trascendió además que dicha decisión se debe a diferencias de opinión con otros países en desarrollo sobre el papel que deberían adoptar las naciones ricas en la puesta en marcha de las propuestas, según lo informado por la agencia local Kyodo.
Es pertinente mencionar que el sector del transporte es el responsable del 23% del total de CO2 emitido a la atmósfera; por tal razón, las medidas están orientadas a potenciar la creación de vehículos más eficientes y también al ahorro en el sector del transporte aéreo y marítimo.
Por otro lado, según el informe titulado «Perspectivas de Tecnología de Energía 2008» emitido por la Agencia Internacional de la Energía AIE, se estima que la inversión necesaria anualmente en tecnología hasta el año 2050 con el objetivo de reducir a la mitad las emisiones globales de CO2, es del orden de los 1,1 billones de dólares, una cifra equivalente al 1,1 por ciento del producto interior bruto global. Japón, país que preside el G8, ha colocado el cambio climático como prioridad de la agenda e incluso se ha animado a anunciar el programa Cool Earth 50 (http://www.mofa.go.jp/policy/environment/warm/coolearth50/index.html), su propio plan para reducir las emisiones hasta el 2050
La AIE considera que el objetivo de reducir a la mitad las emisiones de CO2 para 2050 supone un «reto formidable» en consideración al predecible incremento en la demanda de energía de países emergentes como China, la India y otras economías en desarrollo. A juicio de la AIE, si los gobiernos continúan con las políticas vigentes actualmente, las emisiones de CO2 aumentarán en un 130% y la demanda de petróleo en un 70%.
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