En este momento más de 4.000 millones de personas habitan en zonas con estrés hídrico y no cubren sus necesidades básicas de agua potable, alcantarillado y depuración. Esta situación conduce a la muerte a más de 10.000 personas cada día.

La situación resulta tan seria, que la ONU ha decidido establecer como prioridad de su agenda reclamar más inversiones en embalses, canalizaciones, alcantarillado y depuración para lograr acelerar la sostenibilidad y evitar una catástrofe mundial.

La conferencia de la Asociación Internacional del Agua, realizada recientemente en Viena, reunió a más de 2700 expertos, quienes han alertado a los políticos, anunciando que el problema ya ha alcanzado gran magnitud y empeoraría a lo largo de las próximas tres décadas.

De acuerdo a los portavoces del banco mundial en Viena, las inversiones para la construcción de embalses, canalizaciones, alcantarillado y depuración alcanzan actualmente los 80 mil millones de dólares, cuando deberían ser 180 mil millones de dólares; además esta inversión debería mantenerse durante los próximos 25 años, de acuerdo a las conclusiones que ha alcanzado el Banco Mundial. Estas inversiones significan el 1.5% del PIB mundial.

Extensas regiones de Asia, América, Europa y principalmente Africa se encuentran en situación de riesgo. La situación es de mayor riesgo en el último continente, donde es urgente duplicar las actuales inversiones y mantenerlas por medio siglo; pero aún ejecutando esas medidas solo se alcanzarían objetivos modestos para dar de beber, canalizar agua y regar cultivos.

En Europa sería necesario triplicar el volumen de inversiones, no desplegar esta infraestructura sería no poner los medios necesarios para minimizar los efectos de inundaciones y sequías, de acuerdo a lo manifestado por Pavel Kabat, uno de los autores del informe sobre el agua de la ONU, elaborado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).

Inversión urgente

A inicios de este año la Sociedad de Ingenieros Civiles de EEUU informó que se hace necesario gastar 1.600 millones de dólares anuales solo para la reparación de las infraestructuras, tras varios años de falta de mantenimiento.

En el Reino Unido, la Institución Civil de Ingenieros ha proporcionado información en la que se indica que a pesar de contar con significativas inversiones tras la privatización del servicio de agua en 1989, muchas cañerías pierden recursos porque son demasiado antiguas y están defectuosas.

En otra región, los países que se encuentran a lo largo del río Danubio no han logrado realizar inversiones para construir depuradoras de agua. Esta situación ha llevado a un estado lamentable a la  mitad del cauce del Danubio de 2.500 kilómetros. Hoy millones de habitantes de las riberas del Danubio arrojan directamente a su cauce aguas negras, que luego se vierten al mar Negro.

Una Comisión Internacional para la Protección del Danubio ha concluído que se hace necesaria la construcción de por lo menos unas 200 plantas depuradoras grandes para lograr que las aguas dejen de tener color marrón y devolverle la salubridad al río, y para lograrlo se necesita una  inversión de 4.500 millones de dólares.

Fuente: El Mundo (22-09-08).