La obesidad es una pandemia que afecta a infantes, adultos y ancianos. Los malos hábitos de alimentación y la escasa actividad física han llevado a millones a aumentar de peso de forma descontrolada, incrementando en el proceso el riesgo de padecer múltiples enfermedades como la diabetes, hipertensión, el desarrollo de hígado graso o poniendo a la persona al límite de padecer un ataque cardíaco.
De acuerdo a los especialistas la obesidad más peligrosa se evidencia cuando la persona acumula tejido graso en la zona abdominal, cuando los hombres acumulan más de 102 cm de cinturas en hombre y 88 cm en mujeres. Además es recomendable mantener un índice de masa corporal (IMC) menor a los 30kg/m2, o en el caso de ancianos frágiles mantener el IMC entre 24 y 29 kg/m2, considerando que cifras inferiores podrían indicar riesgo de muerte.
Los médicos recomiendan a las personas mayores mantener hábitos saludables, como realizar actividades físicas de intensidad media-alta, consumir más frutas y verduras, incorporar a la dieta cerales, frutas, aceite de oliva, verduras y frutos secos, procurando evitar el consumo de azúcares refinados y la grasa saturada.
Los médicos recomiendan establecer entre las personas ancianas algunas medidas para evitar la obesidad: adoptar una dieta con restricción de calorías (unas 500 menos que las que corresponden por edad y sexo), establecer una rutina de ejercicio, mantener asistencia psicológica, mantener un tratamiento farmacológico para bajar de peso, sustituir comidas, seguir una dieta de muy bajas calorías o, en casos graves, recurrir a la cirugía para la obesidad o el balón intragástrico .
Se calcula que en España el 35,5% de hombres y 40,8% de mujeres mayores de 60 años tienen obesidad.
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