De acuerdo a un estudio publicado en el año 2007 en la revista Journal of the American Collage of Cardiology, la ansiedad puede incrementar el riesgo de sufir un infarto en personas mayores. Con el paso del tiempo el corazón pierde su capacidad de funcionar en forma óptima, las arterias pierden elasticidad, y la ansiedad puede incrementar el riesgo de padecer un problema cardiovascular. El problema radica en que como mínimo el 11% de personas que superan los 65 años padece de algún transtorno de ansiedad.
Los adultos mayores enfrentan diversos retos y enfermedades que pueden desencadenar diversos grados de angustia, por ello el tratamiento de la ansiedad debe ser personalizada. Algunos ancianos deben iniciar los trámites de su jubilación, otros se dan cuenta del inicio de enfermedades como el Alzheimer, algunos se sienten ansiosos por la pérdida de autonomía, mientras que otros pueden sentir ansiedad al enfrentar múltiples enfermedades.
Los especialistas indican que la ansiedad en sí misma no es un problema, pues se trata solo de una reacción frente a determinadas situaciones, pero cuando surge la ansiedad sin una causa clara o cuando se mantiene la situación por mucho tiempo, puede desencadenar un problema de salud.
Además se debe considerar que algunas personas pueden arrastrar sus problemas de ansiedad por muchos años, mientras que en otros casos los problemas se desencadenan a partir de los 65 años, cuando las personas deben enfrentar problemas como el incremento de enfermedades, la necesidad de trasladarse a una residencia, enfrentar el aislamiento social, la reducción de ingresos y la posibilidad cada vez más cercana de morir, generan en las personas síntomas de depresión y ansiedad que pueden alterar su salud.
La ansiedad es un transtorno difícil de diagnosticar en personas de edad avanzada. El problema radica en que los pacientes pueden manifestar síntomas como dolores de cabeza, dolores musculares, e incluso palpitaciones, pero que, al presentarse en combinación con otras enfermedades, quedan enmascarados. Se debe considerar que la ansiedad puede estar acompañada por irritabilidad o falta de concentración, pero estos problemas también pueden ser confundidos como síntomas del envejecimiento.
Los expertos recomiendan tratar los problemas de ansiedad porque incrementan el riesgo cardiovascular. Con el paso del tiempo las arterias pierden elasticidad y el corazón se deteriora; la ansiedad y el transtorno depresivo podrían aumentar la presión arterial, incrementando el riesgo de un problema cardiovascular.
Fuente: http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2013/11/18/218619.php