El respeto hacia los ancianos se va perdiendo gradualmente en Latinoamérica y cada vez son más numerosos los casos de maltrato físico y psicológico hacia ese segmento de la población. Es por esta razón que en Argentina, hace 20 años, un equipo de especialistas se dedicó a investigar la problemática de los adultos mayores y actualmente han logrado desarrollar «el derecho de la vejez», una nueva especialidad jurídica que ya se ha incorporado como materia en cinco universidades de ese país.
Télam María Isolina Davobe Caramuto, directora del Centro de Investigaciones en Derecho de la Ancianidad de la Universidad de Rosario, indica que la nueva rama del derecho se ha desarrollado para hacer más visible la «situación de discriminación, maltrato y abuso que la cultura actual ejerce sobre los mayores». Davobe asegura que en la sociedad actual el concepto de vejez está asociado a una serie de prejuicios «como ser feo, inútil y no productivo». En el ámbito del derecho solo se atendía a los ancianos en el aspecto previsional, pero son muchas las áreas en las que se debería asistir a los ancianos.
Autonomía del anciano
Davobe indica que se reconoce como capacidad la facultad que todos tenemos de ser titulares de derechos y obligaciones y ejercerlos desde los 18 años. La vejez no implica una condición en la que se pudiera disminuir la capacidad, pero en la práctica la mayoría de personas considera que la vejez la disminuye.
La especialista indica que los familiares comienzan a tomar decisiones invadiendo el espacio de libertad del anciano, y cuando la persona mayor se resiste a que otros tomen decisiones en su nombre, se inicia un conflicto que puede desencadenar una agresión. Frente a un ambiente hostil los ancianos optarán por ceder sus derechos y entonces se estaría vulnerando otro derecho de la autonomía que es la integridad física y moral.
En Argentina existe la Ley Nacional de Violencia Familiar, pero esta ley, de acuerdo a Davobe, solo se limita a cuestiones de violencia de género y de infancia, pero no tiene herramientas específicas para la tercera edad. La experta sugiere que es necesario incorporar normas que ayuden a prevenir la violencia contra el anciano, indicando que la violencia hacia ese segmento de la población es de tipo psicológico, pues se comienza a ignorar a la persona y a arrinconarla en un espacio pequeño de la casa.
Otro de los problemas que se presenta entre los ancianos es la reclusión en instituciones geriátricas, sin que medie un consentimiento del adulto, incluso realizando maniobras engañosas. Por otro lado, los centros que deberían estar al cuidado de los ancianos les prohíben la salida, convirtiéndose en un centro de encierro, cuando su función debería ser distinta.
También se hace necesario informar y afinar mecanismos legales para resolver temas como el de la «muerte digna», que implica la toma de decisiones frente a una enfermedad terminal. En Argentina se ha resuelto insertando mecanismos como las «disposiciones anticipadas», por las cuales una persona puede establecer de antemano con qué criterios quiere uno ser tratado en caso de padecer un deterioro cognitivo, el trato que debe recibir su persona, su patrimonio y elegir a la persona que haría cumplir las disposiciones. Esta es, de acuerdo a la especialista, una herramienta de bajo costo muy poco conocida que es necesario difundir.
Davobe indica que las razones por las que más se acercan los adultos mayores a la justicia son temas de índole previsional, pues muchos ancianos deben luchar por sus derechos, y los casos en los que se les corta la posibilidad de ver a sus nietos. La especialista señala que es necesario agilizar los tiempos procesales para los casos de litigio por ajuste de jubilación, porque en muchos casos los interesados mueren incluso antes que se resuelva el reclamo.
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