Un estudio realizado en Estados Unidos ha demostrado que uno de cada cinco personas que son admitidas en un hogar de ancianos sufre una caída en un plazo de un mes. Adicionalmente se identificó que aquellos centros que cuentan con una mayor cantidad de auxiliares certificados en enfermería reducen el riesgo de caídas entre los pacientes.

Los resultados se obtuvieron a partir del análisis de datos registrados de 230 mil residentes primerizos admitidos en casi 10 mil hogares de ancianos en Estados Unidos durante el 2006.

Al analizar la información obtenida se identificó que se producen menos caídas en los hogares de ancianos que contaban con una mayor cantidad de auxiliares certificados en enfermería. La autora del estudio, Natalie Leland, investigadora en gerontología y terapeuta ocupacional de la Universidad del Sur de California asegura que los auxiliares certificados de enfermería proveen de cuidadosa atención directa a los pacientes durante actividades que involucran un alto riesgo de caídas como vestirse, usar el baño y moverse.

Es mayor el riesgo de caída durante el primer mes, en comparación con las estadías largas en hogares para ancianos. Esto sucede porque es todo un reto identificar y gestionar los riesgos de caídas entre nuevos residentes, porque los ancianos llegan a un lugar nuevo y deben adaptarse, mientras que sus cuidadores todavía no están familiarizados con sus hábitos.

Leland asegura que en muchos casos los ancianos pasan una temporada en hogares, al cuidado de profesionales, para luego reinsertarse a la comunidad, ella señala que «identificar el riesgo de caídas es esencial para implementar estrategias de prevención y facilitar un alta exitosa de vuelta a la comunidad».