La población de ancianos sigue creciendo en Europa y en todo el mundo. Con el paso del tiempo se hace cada vez más e necesario contar con servicios adecuados para ese grupo etario. Tras supervisar diversas casas de ancianos en Portugal, la Seguridad Social de ese país procedió a cerrar 21 casas para ancianos, porque no se pueden permitir que dichos locales operen manteniendo instalaciones deficientes que pudieran poner en peligro a los ancianos, afectar la calidad de vida de los usuarios, su higiene o su comodidad.
Es vital que los servicios de salud o seguridad social de cada país mantengan un estricto control de los centros dedicados al cuidado de ancianos, sobre todo en países en los que la población de tercera edad está creciendo. Solo de esa forma se puede garantizar la buena atención y un adecuado cuidado de la salud de las personas de la tercera edad.

Autoridades de Portugal indicaron que en ese país la fiscalización de los hogares para ancianos se realizan regularmente y en el año 2011 se cerraron 109 hogares, triplicando la cifra del año anterior, 2010, cuando se cerraron 36 centros de asistencia para ancianos.

Las autoridades de Portugal aseguran que el cierre de un hogar para ancianos es planificado, cuando se hace necesario cerrar el local se conduce a los ancianos a sus respectivos hogares o se les asigna a otra entidad que pueda asegurar su cuidado. Pero todavía falta hacer un gran trabajo de auditoría porque en ese país son muchos los negocios que cuidan de ancianos sin la respectiva licencia y de forma clandestina. Hasta diciembre del 2011 se había registrado 1912 hogares de ancianos con capacidad para 73 595 personas.

Fuente:
http://www.dn.pt/inicio/portugal/interior.aspx?content_id=2542294&page=-1