Brindar asistencia a pacientes que padecen de demencia primaria progresiva es una tarea que desgasta psicológica y emocionalmente a los profesionales de la salud. Para paliar los efectos negativos que tiene este trabajo sobre los cuidadores de un paciente con enfermedad mental, se ayuda a los profesionales a sobrellevar la carga brindándoles el apoyo emocional de una persona que actúa como un amigo y le permite contar sus problemas y conversar con el cuidador para evitar que le afecte el aislamiento.

Un reciente estudio en el que intervinieron 236 individuos que estaban a cargo del cuidado de ancianos, revela que los profesionales de la salud no mejoran sus niveles de depresión, ansiedad o su calidad de vida, cuando les asiste un voluntario como apoyo emocional. Los voluntarios no tenían formación médica y tenían como tarea visitar a aquellas personas que cuidaban de pacientes con demencia, con una frecuencia de una visita por semana durante seis meses. Se debe tener en cuenta que los voluntarios no apoyaban en la tarea del cuidado del paciente, solo brindaban compañía y aliento

Para poder monitorear el impacto que se lograba entre los profesionales de salud encargados del cuidado de los enfermos se utilizaron medidas como la depresión (calculada con la escala Hospital Anxiety and Depression Scale -HADS-), nivel de calidad de vida en relación con la salud (estimada por  la escala Euro-QoL), ansiedad en escala HADS, sensación de soledad y la magnitud de los sentimientos positivos presentes, realizando evaluaciones a los 6, 15 y 24 meses.

La investigación concluye que estas medidas no tienen efectos positivos en los profesionales de la salud, pero además tiene un elevado costo, llegando a una inversión aproximada de 211 mil dólares por año para ejecutar este tipo de estrategias.

La Dra Neena Chappell, de la Universidad de Victoria, en Canadá, manifiesta al analizar el estudio que resulta interesante el estudio por centrarse, no en los enfermos, sino en quienes los cuidan, pero indicó que algunas falencias en el estudio no le otorgan fiabilidad, por ejemplo indica que se ha desarrollado el estudio a partir de una muestra no representativa y el método de reclutamiento de los voluntarios no ha sido el adecuado, aunque reconoce la complejidad que implica el desarrrollo en un estudio de este tipo.

Chappell indica que de este estudio no se desprende información tan determinante como para llevar a los profesionales a ajustar sus prácticas basados en  las conclusiones del documento.