Un artículo de la revista Scientific American reunió algunos grandes investigadores de la ciencia para evaluar cómo serían sus proyectos de investigación si fuera posible estudiarlos durante millares de años.
En la mayoría de los campos, cuestiones más interesantes y fundamentales siguen abiertas porque los científicos simplemente no tuvieron tiempo suficiente para estudiaras y otros resultaron de la acumulación de investigaciones de muchas generaciones de científicos.
Pero si el tiempo no fuera una barrera, ¿cuál sería el proyecto científico ideal? El científico Robert Hazen, de George Mason University, plantea que con 10 mil años se podría investigar el origen de la vida. Él cuenta que la aclaración más plausible del inicio de la vida es que moléculas autorreplicantes se reunieron primero en la superficie de rocas, en superficies mojadas de la Tierra primordial.
“Un esfuerzo de laboratorio de 10 mil años podría intentar recrear esta situación, realizando un número enorme de pequeños experimentos simultáneamente. Los investigadores podrían reducir el tiempo necesario de millones para millares de años centrándose en combinaciones químicas con más probabilidad de resultar en algo interesante”, analiza Robert Hazen.
El sismólogo Thorne Lay, de University of California, en Santa Cruz, también plantea 10 mil años para lograr encontrar con más exactitud la frecuencia de los grandes sismos y sus causas. Como sostiene Thorne, los sismógrafos modernos existen hace poco tiempo y todavía no han presentado respuestas claras para los sismos.
“Si pudiéramos dejar estos instrumentos en operación por millares de años, sin embargo, seguramente se mapearía riesgos sísmicos de forma mucho más acurada”.
Ya Gerald Gabrielse, físico de Harvard University, cree que en menos de 10 mil años se podría encontrar respuestas para las constantes, y cambios, de la naturaleza en las leyes básicas universales. “La ciencia no puede nunca probar que algo es exactamente constante, pero tan solo que su tasa de cambio es extremadamente pequeña. Sin embargo, se repitiéramos nuestro experimento por 10 mil años y no se observara cambios, esta estabilidad pondría rígidas restricciones a todas las predicciones teóricas de variaciones en constantes”, señala Gerald.
Para Cole Miller, astrónomo de University of Maryland, por 10 mil años se podría acompañar las supernovas y saber las posibles causas y variaciones de este tipo de evento. “La explosión de una estrella puede suceder en nuestra galaxia a cualquier momento. Cuando pasar, las pantallas de los ordenadores de observatorios de ondas gravitacionales alrededor del mundo empezarán a parpadear, señalando el paso de ondas en el tejido del Universo. Estas ondas gravitacionales son una predicción-clave de la teoría general de la relatividad de Einstein, pero hasta ahora no se logró la detección directa”, comenta Cole. En 10 mil años pueden ocurrir 100 o 200 eventos, número suficiente para estudios.
La física teórica y científica de materiales de Lawrence Berkeley National Laboratory, Kristin Persson, necesitaría más tiempo para poder probar la durabilidad y la descomposición de muchos materiales residuales. “La única forma de tener seguridad es someter estos materiales a pruebas de estrés por cerca de 100 mil años para ver cómo reaccionan. Entonces se podría aprender a construir cosas que realmente duran – o se descomponen de una forma ‘verde’”, sostiene Kristin.
Fuente: http://www2.uol.com.br/sciam/artigos/questoes_para_o_proximo_milhao_de_anos.html
Foto: NASA