Una empresa familiar debe determinar el momento preciso en el que precisa contratar los servicios de un profesional externo para asumir la dirección del negocio. Pero la incorporación de personal externo a la organización es un tema que se debe tomar con cuidado. De acuerdo a los datos del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) de España, el 55% de las empresas familiares ya ha insertado a algún profesional externo en su consejo de administración.
En un entorno cada vez más competitivo, en el que el mundo globalizado impone mayor presión en las empresas, en un entorno que lentamente se recupera de la crisis, los negocios familiares necesitan incorporar personal externo para hacer frente al reto. En un estudio entre 240 empresas, un 23% de empresas familiares indicaron que para ellas resultaba esencial incorporar como CEO a una persona que no fuera parte de la familia en el corto y mediano plazo. El estudio indica que el 25% de organizaciones familiares ha crecido en personal y un 74% ha extendido sus actividades al extranjero.
Cuando una empresa familiar incorpora a un profesional externo, se procura que esa persona dirija el negocio con objetividad e imparcialidad, pero para lograr que la organización funcione de forma óptima es necesario que la jerarquía y las metas a mediano y largo plazo estén claras tanto para los familiares como para la persona externa. Se debe trabajar para evitar las interferencias en el modelo de gestión y procurar que los familiares entiendan los objetivos en cada acción.
El profesional que ingresa a una empresa familiar debe procurar adaptarse rápidamente a la organización, mantener una actitud de apertura para aprender de la organización. Dentro de este esquema de aprendizaje debe procurar asesorar a la empresa para dar continuidad al modelo de negocio, asesorar a las nuevas generaciones y aconsejar al círculo familiar en la toma de decisiones críticas.
De acuerdo a información proporcionada por el diario Expansión, son tres puntos en los que falla un profesional externo al ingresar a una empresa familiar. Por tanto los profesionales deben evitar: no establecer con claridad su misión concreta en la empresa, asumir roles que no les corresponden y administrar considerando el dinero como suyo y contratar personal sin consultar a los propietarios. Se debe tener muy presente la estructura y cultura de la empresa familiar para cometer errores que originen conflictos internos.
Fuente:
http://www.eaeprogramas.es/blog/2014/03/14/como-encajar-el-talento-externo-en-la-empresa-familiar
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