La empresa AB-Inbev, resultado de la fusión entre Anheuser-Busch e InBev belga-brasileña, fue multada con 5 millones de dólares por la venta de cerveza adulterada. La denuncia se produjo después de que algunos consumidores han señalado que el contenido alcohólico de la cerveza era menor que la indicada en la etiqueta.

Según la acusación, ex-funcionarios de la empresa informaron que luego de rigurosas pruebas de calidad, se identificó que se había añadido agua al contenido, rebajando el contenido de alcohol. La acusación señala además que esta práctica se hizo más frecuente después de la fusión entre las dos compañías. «Después de la fusión, Anheuser-Busch incrementó con fuerza las prácticas engañosas, sacrificando la calidad de los productos con la finalidad de reducir los costos», dijo Josh Boxer, abogado de los demandantes a la BBC.

En respuesta, la empresa emitió un comunicado según el cual «las acusaciones contra Anheuser-Busch son completamente falsas», y concluye que la demanda carece de fundamento. «Nuestras cervezas respetan plenamente la legislación sobre el etiquetado de las bebidas alcohólicas», dijo el comunicado.