Oscar Niemeyer, uno de los más grandes arquitectos de Brasil y del mundo, murió el 5 de diciembre a los 104 años. Pero permanecerán para siempre las más de 600 obras realizadas por el arquitecto y que se encuentran dispersos en todo Brasil y el globo, destacando su obra por las construcciones en Brasilia, durante el gobierno de Juscelino Kubitschek (1956-1961). Además del legado arquitectónico, Niemeyer en sus 104 años de experiencia ha dejado varias lecciones importantes para las personas que quieren ser empresarios exitosos. Una de las lecciones es saber cómo utilizar su pasión por el bien de su carrera. Cuando era niño, a Oscar Niemeyer le gustaba dibujar, así que esta afición fue un factor importante en la elección de su profesión de arquitecto.

Niemeyer demostró que es muy importante conocer las oportunidades desde el comienzo de la profesión. En su primera etapa, en la oficina de Lúcio Costa y Carlos Leão, Niemeyer tuvo su primera oportunidad de hacer contactos, como el famoso arquitecto suizo Le Corbusier. Niemeyer se reunió en 1936 y al año siguiente ambos construyeron el edificio O Berço, en Río de Janeiro.

Aprender a hacer buenos contactos era la especialidad de Niemeyer, la creación de redes, como se les llama hoy, es esencial en cualquier profesión. Así, en 1940, Oscar Niemeyer se reunió con el entonces alcalde de Belo Horizonte, Juscelino Kubitschek, quien le encargó el primero de sus grandes proyectos, el conjunto de Pampulha. En 1957, se convirtió en presidente y JK Niemeyer fue llamado a organizar el proyecto piloto de Brasilia y a organizar la construcción de la nueva capital federal.

Por último, la personalidad de Oscar Niemeyer siempre se mostró en sus proyectos. Su forma innovadora logró reconocimiento en todo el mundo y sobrevivir en el tiempo. Una de sus características principales eran las curvas, en lugar de líneas rectas y ángulos, algo que le dio más fluidez a su obra. «No es el ángulo recto el que me atrae, ni la recta, dura e inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país. En el curso sinuoso de los sentidos en las nubes del cielo, en el cuerpo de la mujer que prefiero. De curvas está hecho todo el universo «, dijo.