Partiendo del principio que todos somos seres humanos, y por lo tanto podemos cometer errores, se puede decir que no hay un líder ideal, porque cada uno tiene alguna deficiencia. Hay grandes líderes de la humanidad que se transformaron en tiranos por el uso de la fuerza, dos ejemplos de esto son Adolf Hitler y Mao Tse-Tung que dieron golpes de estado en sus países para asumir el gobierno, al mismo tiempo que contaminaban la forma de pensar de sus compatriotas de forma que se inserta en el país una doctrina completamente contraria a los valores que comunmente se indican como ideal de una sociedad.

Aunque es un liderazgo manchado por el horror y la sangre, es innegable que ambos tienen el perfil y las características de quienes saben dirigir un grupo. El principal recurso utilizado en ambos casos fue el discurso persuasivo, a menudo apelativo. El la Alemania nazi, Hitler logró hacer que prácticamente todo el país se ponga a su favor y apoye por tanto una persecución racista y violenta.

Pero por otro lado, hay líderes políticos que lograron escribir sus nombres en la historia de la humanidad, sin tener la necesidad de disparar un solo tiro, utilizando solo un discurso carismático y, sobre todo, realista. Un líder como Mahatma Gandhi, quien introdujo el sistema de la desobediencia civil, ha hecho historia y demostró que el liderazgo no se trata solo de imponerse, pues también es posible construirlo en comunidad. Esto se repitió más tarde con otro líder, protagonista de grandes movimientos en la mayor economía del mundo, los Estados Unidos de América: Martin Luther King Jr. fue un pastor y activista político norteamericano, que  sostuvo la defensa de derechos sociales de los negros y las mujeres, y luchó contra los prejuicios y el racismo. Defendió la lucha pacífica, sobre la base de respeto a los demás, como una manera de crear un mundo mejor, y la igualdad de derechos sociales y económicos.

Hoy en día el liderazgo pacífico se ha transformado en un modelo de conducta en todo el mundo, y esto se refleja en todos los ámbitos, y también ha llegado al mercado de trabajo. Con la llegada de Internet la gran mayoría de la gente conoce sus derechos y deberes como ciudadanos y trabajadores, y ya no son sometidos a la humillación y maltrato por parte de sus superiores.

En política, un reflejo de esta tendencia son las recientes caídas de los dictadores en Oriente Medio, así como el hecho que los países democráticos están eligiendo a los líderes más carismáticos y preocupados por la paz mundial. Prueba de ello es el presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, quien fue elegido con un discurso contrario a la la guerra contra el Medio Oriente.

En Brasil, para muchos, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue uno de los mejores de la historia, ya que fue el primero en establecer políticas humanitarias en el país, lo que le llevó a aumentar su popularidad, lo que, unido a su carisma, lo convirtió en un fenómeno nacional.

Por último, todo esto apunta al hecho de que un líder debe combinar fuerza, coraje y, sobre todo, humildad y verdad. Aunque muchos líderes no merecen la popularidad que tienen, es innegable que el carisma les llevó hacia adelante o por lo menos muy cerca de sus metas. Pero no es sólo esto lo que hace a un líder. No hay una fórmula perfecta: es un conjunto de factores conectados con el entorno en el que se encuentra una persona y determinará el éxito o el fracaso de su empresa.