La cara de una empresa ante el público son sus empleados. Son ellos quienes, en teoría, saben acerca de los procesos de la empresa, cómo funciona y cuál es su trabajo político. Parece obvio que, para que una empresa prospere, es necesario contar con empleados cualificados, que tienen dominio sobre sus funciones y están listos para complacer a sus clientes. De acuerdo con la revista Administradores, el 60% de los consumidores creen que las empresas no invierten en la formación de sus empleados. Esta es una información relevante que sirve como una advertencia para muchas empresas y empresarios, porque el 82% de los clientes abandona una empresa o un establecimiento, porque los atendieron mal.
Google es sin duda una de las mayores empresas del mundo. Prueba de ello es que sus ingresos en 2011 alcanzaron los $38 mil millones. Gran parte de esta cantidad se invierte en la formación de sus empleados. La empresa realiza una cuidadosa selección de sus empleados y les ofrece una formación específica, además de muy buenas condiciones de trabajo.
General Electric Co., otra empresa global importante gasta anualmente alrededor de $1 mil millones en capacitación de los empleados. Para ganar la competencia es importante contar con personal diferente y bien preparado, ya que hoy en día la oferta es demasiado grande. Muchas compañías ofrecen productos similares, por lo que cualquier diferencia a favor de la empresa debe ser explorada.
No todas las compañías tienen el poder adquisitivo de General Electric, mucho menos las políticas de trabajo para Google, pero dentro de las limitaciones de su empresa, es posible que sea necesario contar con una formación profesional específica para los empleados. Para muchos puede parecer una pérdida de tiempo, pero a largo plazo, los resultados son muy positivos.