El ejecutivo que busca destacar en el medio empresarial, necesita dar a conocer aquello que hace diferente su gestión y permanecer en un constante proceso de evolución y desarrollo. Sin embargo el cambio sin sostenibilidad se puede comparar con una lluvia de verano, intensa pero fugaz. Algunos ejecutivos pueden llevar a cabo ideas brillantes y extraordinarias, pero sin tener una preocupación por garantizar el equilibrio y la perpetuidad de un proyecto las fortalezas se acaban convirtiendo en debilidades.
En la Era de la Sostenibilidad, en la que se escucha y lee acerca de la sostenibilidad ambiental y social, pero no sobre la sostenibilidad en los procesos de gestión, cuando esta estrategia permitiría mejorar la eficiencia del «ecosistema» de gestión empresarial.
Al igual que en los ríos contaminados, muchas empresas mueren contaminadas por la falta de una estrategia para sus productos y servicios, así como los bosques talados y quemados, los sistemas integrados y procesos existentes no se ajustan a las necesidades de la organización, la organización pierde talento desmotivado que se muda a otras empresas en busca de un mayor desarrollo profesional.
Cada problema o desequilibrio, tanto en la biodiversidad ecológica como en la realidad corporativa, presenta una relación sostenible de interdependencia, es decir, un problema que afectará a otras áreas para convertirse incluso en situaciones irrecuperables. Si se logra comprender la situación y darse cuenta de que es momento de actuar, se puede lograr transformar el círculo vicioso de fracaso en un círculo virtuoso de mejora.
Para comprender la idea de sostenibilidad en el mundo empresarial, se puede utilizar el concepto de los Tres Pilares de Gestión de la Sostenibilidad:
Producto:
cualquier obra tangible o intangible (servicios) producida para la venta, con el fin de generar resultados para la organización. Tomemos por ejemplo una empresa con un excelente producto o servicio: una obra innovadora y diferenciada en el mercado, con excelente aceptación y la creciente demanda. Sin embargo, esta empresa no cuenta con suficientes herramientas para planificar sus acciones estratégicas, con procesos internos deficientes, con nula supervisión y seguimiento de los resultados, y con sistemas de gestión ineficientes. Las personas que trabajan en esa empresa están fuera de un esquema adecuado que permita la sinergia y la pro-actividad, no están capacitados y no tienen la formación adecuada para trabajar en puestos que han sido designados. Resultados: El producto en sí no se mantendrá por mucho tiempo, porque no existen los otros pilares de la gestión de la sostenibilidad: las personas y los procesos.
Proceso:
Son todas las rutinas, roles, tareas, sistemas, políticas, tecnologías y procesos necesarios para la producción, operación y resultados de acuerdo con los objetivos y metas establecidos por la dirección de la empresa. Si la empresa contrata a un consultor, quien diagnostica un problema en los procesos, y propone la normalización o la «rutinización» de todas las actividades y tareas, la racionalización y la informatización de las actividades manuales, mediante el despliegue de un extraordinario sistema de gestión integrada, con una base los datos única, con la emisión de informes de gestión eficientes y confiables, así como una personalización fantástica para el nuevo modelo de gestión. Se pueden instalar herramientas de alta tecnología y equipos para lograr procesos administrativos más eficientes y mejorar las operaciones de producción de los productos y servicios de la empresa. Resultados: a pesar de la enorme inversión el éxito de la gestión es débil debido a la falta de un pilar indispensable para el logro de una gestión sostenible: la gente.
Persona:
Son todos los empleados directos e indirectos que trabajan interna o externamente en la empresa, a diferentes niveles, para la operación y desarrollo de la organización. Este es el elemento clave que, junto con los otros pilares, permite desarrollar la sostenibilidad del proyecto. Las personas son el alma de la empresa y ellas tienen los conocimientos, habilidades y actitudes que permiten realizar una toma de decisiones acertada. Cada decisión debe ser el fruto de sus habilidades aplicadas a las necesidades empresariales.
Cuando hay equilibrio, es decir, cuando la empresa puede satisfacer sus necesidades, con profesionales calificados con adecuado entrenamiento, operando con un proceso de selección transparente, con una política de carrera clara y con una adecuada asignación de talento en las posiciones correctas para enfrentar los desafíos se logra aumentar el nivel de expectativas de los empleados, motivando a las personas a incrementar sus esfuerzos para conseguir los resultados que ya han sido establecidos por la organización. En su defecto, la persona se desalienta y es propensa al fracaso, aunque se realicen esfuerzos para lograr el éxito organizacional, es poco probable que se logre el éxito cuando los empleados no están alineados con los objetivos de la empresa.
Por lo tanto, para tomar decisiones que tengan sustentabilidad, debemos tener en cuenta los tres pilares y asegurarnos que están en equilibrio. La armonía de estos aspectos traerá una mayor conciencia de los gerentes en la toma de decisiones y acciones de innovación que reforzarán los cambios en la empresa y permitirán afrontar los retos internos y externos en la búsqueda de resultados.
http://blogs.funiber.org/direcao-empresarial-rsc/2011/09/19/sustentabilidade-gerencial/